Creatividad

Autodidacta

La idea era persistente, por eso no demoró en plasmarla en papel.
Luego la analizó y comprendió su naturaleza, era vanguardista, aunque la palabra no se aplicara en este caso.
Después de ese entusiasmo inicial, comenzó a divagar en la importancia de su invención, cambiaría la historia, se imaginaba relatando el modo en el que surgió tal pauta.
En tal tesitura comenzó a bosquejar un relato para proporcionarlo a los medios, así tendrían información de primera mano, era el más autorizado para indicar los detalles, con esto evitaría especulaciones innecesarias.
Un día su genialidad inventó un aforismo, máxima que resumía los conocimientos de sus estudios, tal fue el camino de su creatividad, por eso no dudó en compartir con todos su hechura.
Al inicio, sin embargo, no fue consciente del alcance de inspiración, por eso lo tomó como algo natural, siguió con su vida como de costumbre e hizo lo mismo de siempre.
Salió a hacer la compra para desayunar, fue a por alimentos frescos, era enemigo de almacenarlos en casa, comía sano, nada prefabricado, quizás a esto se debía su inventiva, pero esto no estaba confirmado.
Apunte personal: No estaría de más que alguien estudiara su modo de alimentarse, para recomendárselo a quienes quisieran seguir sus pasos, podría dar más alcances sobre su nutrición, él era la muestra de que su método funcionaba.
Tras esta digresión continuó.
Con la cesta llena, fue a coger el periódico, era fundamental estar informado.
Leía uno de línea equidistante, ni de izquierdas, ni de derechas, un diario puro, sin mácula de ideologías, de esas que jodían todo lo que tocaban, su pensamiento debía estar limpio. Lo de ser comprometido no estaba en sus planes, era algo decimonónico, algo que no funcionaba y que únicamente servía para conseguir paguitas.
Este lo llenaba de orgullo, ser así haría que todas las puertas estuvieran abiertas, de tal modo que demostraría su sagacidad para estar de parte de la verdad, libre de cadenas.
Luego se puso a charlar con el portero del bloque, de cualquier cosa, para empezar bien el día.
De vuelta en el piso se preparó el desayuno, estaba canino. Al sentarse a la mesa, siguió con la idea en mente, pensaba y se alimentaba, se alimentaba y pensaba, así se fue dando el día, quizás la idea era mejor de lo que pensó a primera hora.
Volvió sobre sus anotaciones.
Sin saber, en ese momento, estaba haciendo algo histórico, pero nadie estaba ahí para reconocerlo, solo él era testigo de lo que estaba sucediendo en ese momento. Añadió unas pequeñas pinceladas y plasmó en una hoja lo que sería su gran aporte, de un plumazo sumó dos carillas, podría haber escrito más, pero se dio cuenta que por ahora, estaba bien, era mejor ser paciente, incluso en los momentos de inspiración.
Cuando notó que tenía algo bueno, salió a dar un paseo, de esos que te ayudan a la hora de crear.
Al volver de su caminata cogió la hoja escrita, ahora le daría forma.
Este pequeño escrito se lo daría a los medios, era el testimonio de su aportación.
Tras escribir su reseña, volvió sobre sus folios, estaba seguro de que no dejaría a nadie indiferente, marcaría un antes y un después, no había duda, era un elegido. Sería un epítome de su época, su espíritu representaría a todos los de generación.
Para darle cuerpo a su creatura rebuscaría en sus manuales, quería ser lo más académico posible y procedió a transcribir las sentencias que le resultaban útiles. Repasó todas las líneas, a pesar de ser enrevesadas avanzó hasta el final, no era tan difícil, era un buen autodidacta.

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