Creatividad

Todo por una foto

Durante los últimos días llevaba planificando su viaje a la capital, quería disfrutar de la experiencia de pasear por sus calles. Tenía en mente recorrer los lugares que salían en los distintos canales de la TDT, esos en los que entrevistaban a espontáneos y les preguntaban sobre la ciudad, todos coincidían al decir que el ambiente era lo más resaltante.
Al escuchar esto su deseo por viajar se acrecentaba, en tal tesitura aún le quedaban cuatro semanas hasta coger esos días de descanso.
Así pues, juntó dinero, quería disfrutar de la experiencia.
Hacía poco, en el museo (su lugar de trabajo), se detuvo a observar a una pareja (se veía que era su primera vez ahí), parecían muy interesados en todas las áreas. Al concluir el recorrido compraron algunos recuerdos y se hicieron fotos. No se cortaron, escuchó que uno de la pareja decía claramente quiero vivir la experiencia completa. Se dejaron una buena pasta.
Este hecho le hizo pensar en su próximo proyecto, hizo números y se dio cuenta que, si aplicaba lo mismo, tendría que efectuar una buena inversión, por eso se dijo que viviría la de bajo costo.
Cada vez faltaba menos, durante los días previos se dedicó a hablar sobre su viaje.
En la víspera de partir, mientras preparaba la maleta se le presentó otro problema, ¿qué ropa llevaría?, tenía que elegir entre lo que consideraba adecuado y lo que le gustaba, ambas posiciones, lamentablemente, eran equidistantes, tras una pequeña disquisición se decantó por lo primero, con esto tenía preparado el equipaje, saldría a primera hora.
Puso la maleta junto a la puerta de salida, su ilusión se mantenía intacta.

Aún no había amanecido cuando el taxi pasó a recogerlo, tenía todo planificado, confiaba en estar una hora antes en el área de embarque, no quería pasar sobresaltos. Sin embargo, los preparativos le acarrearon cansancio, por eso al llegar a su destino hizo poca cosa, se instaló y recorrió un par de calles, ansiaba descansar.
Durante las siguientes jornadas, más repuesto, se fue adaptando al entorno, se sorprendió por la cantidad de gente que había por todas partes, algo inusual en el sitio del que procedía.

En uno de sus paseos por la avenida principal advirtió como una chica se ubicaba en una zona verde, en la que había flores y hierba, estaba intentado hacerse una foto, para tal empresa le daba igual pisotearlas y estropearlas, quizás, pensaría, que el estropicio valía la pena si conseguía una buena toma.
Tras ver tal escena pensó que no se le ocurriría hacer algo parecido, era un sinsentido. Pero al parecer, esas eran las costumbres del lugar, pues se topó con escenas parecidas por todas partes.
Su visita estaba a punto de concluir, tendría que volver al hotel, no sin antes hacer el recorrido de las luces, quería verlas, pues en la televisión recalcaban la calidad visual de las mismas.
Como no era posible ir a ver todas, se enfocó en las de la zona en la que estaba, la emoción inicial devino en decepción, esperaba una ornamentación que lo deslumbrara y solo distinguió adornos puestos de forma caótica.
El recorrido concluyó en la plaza principal, al lado de un enorme árbol de color amarillo, esperó a que empezara un pequeño espectáculo que se anunciaba en varios carteles.
Después de esperar unos diez minutos, comenzó a iluminarse la fachada de un edificio antiguo al ritmo de una conocida melodía. Las luces estuvieron encendidas unos cuantos minutos, al concluir se oyeron aplausos, pero no lo hizo porque le pareció pésimo, esperaba algo más.
Al final la experiencia no fue del todo satisfactoria, visitó los lugares que le apeteció, sin embargo, sintió que el ornato no estaba a la altura de lo que esperaba, en especial lo que prometía ser un gran espectáculo en el ayuntamiento, por lo demás, esperaba con impaciencia volver a casa.

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