Creatividad

Planning express

Le costaba situarse, solo llevaba dos días en aquel lugar, esto implicaba aprender a moverse como uno más por sus calles.
El billete le salió baratísimo, en sus palabras:
−Era una oferta irrechazable.
El destino era turístico y con alta demanda en temporada alta.
No tenía nada planificado, así que, debido a ese descubrimiento, comenzó a hacer un planning express.
Tenía interiorizado que los mejores viajes eran aquellos que se daban de improviso, sin una organización premeditada.
Una maleta, unas cuantas mudas, nada del otro mundo, partiría a primera hora de la mañana.
Fue un trayecto cómodo, sin embargo, al bajar, encender el móvil y activar sus datos, notó que su uso estaba limitado (un escollo para desplazarse libremente).
Lamentaba no haberse informado de los inconvenientes que tendría con la cobertura telefónica en aquella zona, pero al ser un viaje express, no se le ocurrió.
Hizo varios intentos para conectarse, pero no pudo navegar a gusto. Tener un teléfono que solo servía para hacer llamadas y no para vincularse a Internet era un despropósito.
Llevar ese trasto inútil en el bolsillo, solo servía para recordarle que todo en esa excursión era desorganizado.
En ese contexto, se dejaría llevar por su intuición, confiando en no perderse, esperando disfrutar de esa planificación espontánea. De repente tendría que ver con el destino, cosas de la suerte −se dijo.
El inconveniente de no saber distinguir el nombre de las calles le imposibilitaba moverse a gusto, le hubiera gustado conseguir un guía, pero tenía problemas con el idioma, si funcionara el traductor podría hacerse entender —lamentó.
Durante sus primeros paseos intentó ir a la zona vieja y terminó saliendo por uno de los canales anexos. En una ocasión se dirigió a la plaza mayor y terminó en una que tenía el busto de un personaje popular del lugar, desconocía el nombre, pero lo supo por una placa conmemorativa. También intentó llegar a uno de sus museos más famosos, pero tras dar muchas vueltas no pudo encontrarlo, comenzó a creer que no había sido una buena idea ir por libre.
Asimismo, notó que había construcciones por las que pasaba varias veces, comenzó a familiarizarse con la zona.
Los días posteriores le sirvieron para poder llegar al hotel, dependiendo de la ubicación de determinados monumentos podía saber qué dirección tomar.
Así se fue adaptando a su nueva realidad, al ser una ciudad pequeña esto no fue difícil, ayudaba que tuviera calles estrechas.
Por un momento se le ocurrió pensar en lo que le pasaría si se quedaba a vivir ahí. A pesar de la mala cobertura, no era desagradable el sitio, tendría que reciclarse, eso sí, en una nueva actividad, enfocada en el turismo o la hostelería, ya que esas eran las únicas posibilidades de empleo que podría encontrar, otras salidas laborales no se le ocurrían.
Cuando, más o menos, estaba controlando el nuevo lugar, la travesía llegó a su fin, tenía que ir al hotel, preparar las maletas, coger el avión y hacer el trayecto de vuelta…

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