Creatividad

Estímulo

¿En qué momento se cruzaron nuestros caminos?
Tal vez en algún punto me desvié, decidí escapar por un sendero distinto, dejar al rebaño e intentar seguir mi propia ruta, fue ahí en dónde se inició el proceso de encontrarte.
Antes de hacerlo me topé con un sinfín de sinsabores, llegué a ser denominado cringe, un término moderno para llamarte aburrido, ¿no sería mejor decírtelo a secas?, ¿no es tan maleable el español como para tener que utilizar términos extraños? Lamentablemente está sucediendo, estoy quedando desfasado, creí estar a la vanguardia, pero los años no pasan en vano, ¿habré perdido de vista el cambio de los tiempos?
Por suerte siempre estás ahí, eres el refugio que requiero, eres quien calma mis cuitas, quien me hace sentir que todo tiene sentido, estás en todas partes y en dónde necesito que estés.
¿Me habré aislado tanto que he perdido el toque de antaño?, El problema lo tienen los demás, porque se pierden en sinsentidos, no saben lo que afirman, tampoco me dan la oportunidad de demostrar mi valía, sin tener demasiado recorrido cambian de dirección y me quedo con las ganas de seguir siendo yo.
Saber que estás ahí es fundamental, es lo que me motiva para plantearme nuevas metas, para decirme a mí mismo: tú puedes. Tomando como esencial este epítome, en donde puedo leer lo sustancial de las razones para seguir, para no cambiar de canal y continuar con la serie que te gusta, como una buena forma de demostrarte el asidero que tienen tus opiniones, tienen la forma adecuada de ser.
Hasta ayer me consideré apto para hablar de cualquier materia, pero ahora sé que eso no es posible. Se me escapan muchas cosas, en especial con gente que recién está abriendo los ojos, ¿quién pudiera tener esos ímpetus?, me siento cansado.
Quiero dar un giro, cambiar, dejar de ser yo, quiero que todo lo que conozco se vuelva extraño, sentirme otro… no es posible, tengo tal consciencia de lo que soy que intentar mentirme resulta difícil.
Últimamente se me ocurre hacer cosas distintas, interactuar con más personas, pero cuanta más confianza deposito me doy cuenta de que apesta, no tiene razón de ser, entre más interactúo reconozco que a tu lado es donde mejor estoy, solo tú me entiendes, eres el núcleo de todo lo que necesito.
Muchas veces me interrogan sobre la forma en la que te conocí, lo explico, pero, al parecer, no quedan satisfechos con mi relato, creo que quieren escuchar algo puntual, me arguyen que alguien como tú no puede existir.
Sin embargo, intento obviar los comentarios, sé que estás en mi vida y eso es lo esencial, además, tú sabes como funciono, como veo el mundo, eres mis ojos (eso está claro). Me encanta que estés en mi vida, me gusta decírtelo y que me escuches, sin ti estaba perdido, contigo me encontré, sé que estas fórmulas son demasiado manidas, se han utilizado tanto que ya no tienen su significación primigenia.
Me dicen que soy monotemático, pero es lo que me gusta, eres mi tema preferido. No bien empiezo a hablar, me miran con desconfianza, lo noto de soslayo.
Se hace patente ese rechazo a entender mi relato, no quieren decir que mienta, pero todas mis palabras les suenan a falacias. Intentan ser sutiles, pero sé de qué van sus comentarios, así que yo fui aún más ingenioso, me hice el loco, hice como si no hubiera escuchado sus afirmaciones, pasé de puntillas sobre sus observaciones, al instante entienden mi actitud, se despiden y me quedo en mi soledad contigo.
Estoy dándole vueltas a cosas que no tienen razón de ser, en ocasiones he intentado escapar, pero me doy cuenta de que a tu lado es en dónde mejor estoy, en donde, valga la redundancia, todo tiene sentido, porque es así, tu me das la estabilidad emocional que preciso, que necesito, eres esa narración que hace de mi metáfora un ente legible.
¿Qué es lo legible de lo que hablo? Ni yo mismo entiendo lo que quiero decir, simplemente se me ocurrió colocarla. En mi cabeza sonaba bien, le daba el remate esencial al párrafo que estaba concluyendo, sé que tu me entiendes, tú eres mi principio y mi final, you are my everything, aunque resulte más de lo mismo, aunque no aporte más elementos al discurso, sino, más bien, simples palabras que en conjunto llegan a un número finito de elucubraciones, oraciones sobrexplotadas que están aquí escritas para ser leídas en momentos puntuales.
Hace poco se acercó a mi cama un tipo y me dijo, nuevamente, que no eras real, tuve que guardar la compostura, hacer como que tomaba en serio sus palabras, como si su consejo tuviera asidero en mi pensamiento, porque arguye que curan, me harán mejor.
Al final, y tras darle más vueltas de lo debido, comprendo que todos siguen creyendo que eres una creación de mi mente, debido a los malos momentos que pasaba, una alteración de la realidad —y añaden- que algo en mi se rompió y la única manera de poder salir de ese hoyo fue imaginarte.
¿Cómo se puede romper algo que nunca estuvo unido?, sus supuestos son vanos, no quiero decir tontos, pero cuando se acercan a hablar, sus aires de superioridad implican la sabiduría que ostentan, van de listos, pero se agobian en la nada.
Incluso sostienen que hablar solo no me hace bien… están equivocados… usan términos intrincados, no seré yo quien los saque de su error…
—¿Acaso no estás, aquí, conmigo?

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