Creatividad
Zapeo
Eran, más o menos, las tres de la tarde de un fin de semana cualquiera, sin nada especial para hacer, de tal modo que dispuesto a ver la televisión comencé a pasar de una cadena a otra, ya que no encontraba nada entretenido, en esta tesitura me encontré con una película que había comenzado unos minutos antes.
De buenas a primeras, su tema me llamó la atención, me pareció interesante: el blanqueo de dinero en el aeropuerto.
Estas acciones las realizaban un grupo de trabajadores que tenían todo debidamente planificado, habían formado una mafia que tenía todo planificado y debidamente orquestado para salirse con la suya. Para esto tomaban como referencia un aeropuerto al azar.
Lo que al inicio era entretenido, devenía en un conjunto de sinsentidos que oscurecían innecesariamente una obra que, abordada de otro modo, hubiera funcionado. Se volvía intrincada en situaciones que no venían al caso.
Este formato de cintas son las típicas que emiten los fines de semana, hace mucho tiempo una cadena televisiva las presentaba como aquellas que no irías a ver al cine, pero sí, si las pillabas en la televisión.
Esta premisa fue lo primero que se me ocurrió al ver como progresaba la producción, empezaba bien, pero su argumento, inicialmente atractivo, se iba diluyendo, de tal modo que comenzaba a hacerse predecible, no era necesario ser demasiado listo como para presuponer en lo que iba a terminar, me pareció que la creatividad de los guionistas era limitada, a pesar de que intentaron dar un giro a las acciones, pero no tuvo el efecto deseado.
Algunas situaciones se solucionaban como por arte de magia, como si una mano exterior interviniera e hiciera que las personificaciones adquirieran una sabiduría ajena a lo que se estaba viendo hasta ese momento. Esta mano externa hacía que el orden trocara en caos y, lo peor no era esto, hacía que cualquier elemento que pudiera causar un efecto positivo se fuera perdiendo.
Esto me hizo pensar en distintas novelas que intentaban aplicar esta técnica, pero conseguían un mejor nivel, logrando que el interés fuera creciendo, además tenían una mejor estructura, no así en esa elaboración en la que el montaje echaba por tierra cualquier buena intención del director, aunque estas solo se centran en ser entretenidas, no aspiran a más.
Algo que no pude desentrañar, durante el visionado de la obra, fue tener una idea clara de las motivaciones de los personajes, en un momento quedaban claras, pero luego se desdecían dejando al espectador —en este caso yo— como al inicio, como si se estuviera observando un conjunto de incoherencias narrativas, puestas ahí por poner, para conseguir un metraje determinado, tal vez era una realización por encargo.
Cambié de canal cuando terminó, al hacerlo tenía en mente informarme sobre la realización que acababa de ver, así como leer algunas críticas sobre ella, pensando en dedicarle algunas líneas, que contaran mi experiencia al verla, sin embargo, me entretuve durante el resto de la tarde en otras actividades que, finalmente, hicieron que lo olvidara.