Creatividad
Temporada especial
−Cómo se nota que estamos a puertas de las elecciones −dijo entre dientes.
Eso explicaba que las calles se vieran más limpias que de costumbre. Lo normal era toparse con basura cada cierto trecho e incluso con zonas intransitables, en donde abundaban las ratas y otros bichos que quitaban las ganas de pasear por ahí.
Era una asquerosidad que podía generar enfermedades. Alguna vez reclamaron a las autoridades, pero arguyeron que no contaban con los fondos necesarios.
Cuando en la reunión de vecinos se informó sobre el tema, todos estuvieron de acuerdo de que el verdadero motivo para tal dejadez, se debía a que el partido político del alcalde no era el más votado en la zona. Por ello le daba igual, gobernaba para sus votantes.
A pesar de los indicios, no lo podían acusar directamente, pues no contaban con pruebas que respaldaran sus sospechas, si se aventuraban a hacerlo, podían exponerse a sufrir represalias.
Como no tenían a la autoridad de su parte, ellos mismos se encargaron de limpiar e incluso adornaron la zona, este detalle daba otro aspecto al barrio.
Un día por la madrugada los ornamentos fueron arrancados, fue imposible detener el destrozo, debido a que los encargados de hacerlo eran trabajadores del ayuntamiento, llevaban un papel firmado por el alcalde, indicando que los retoques que habían realizado eran ilegales, las normas eran claras y estaban para ser cumplidas.
Durante la siguiente reunión hubo voces que dijeron claramente que algo estaba mal cuando los vecinos no podían tener iniciativas de ese estilo, no le hacían daño a nadie, además no habían recibido ningún duro por hacerlo, todos los gastos fueron pagados de sus bolsillos.
Uno de los portavoces sostuvo que las normas estaban para cumplirse, si se quería hacer de nuevo tendrían que seguir los mecanismos legales, para evitar sinsabores. Varios secundaron su propuesta y estuvieron de acuerdo, aquel sitio no podía estar abandonado. Redactaron un documento esperando que la respuesta fuera rápida, pero esta no llegó.
Ante tal desidia perdieron el interés, las energías del inicio decayeron y cada vecino comenzó a preocuparse por sus asuntos, de nada servía que se pusieran de acuerdo, si al final sus peticiones eran olvidadas.
Este hecho había sido un triunfo para quien buscaba que la voluntad popular fuera mellada. Era necesario mostrarles quien mandaba. Una junta vecinal no podía estar por encima de la autoridad, había niveles y tenían que respetarse, no se podía ir en contra de una disposición municipal.
Tras esto aquel sitio quedó abandonado, la basura comenzó a juntarse y los bichos se adueñaron de él.
Era un lugar intransitable, los viandantes preferían bordearlo, daba mal aspecto.
La temporada cambió y como por arte de magia dónde antes no había presupuesto, apareció, ya que destinaron una partida para contratar operarios de limpieza.
Los vecinos sabían que esto se hacía por interés, reafirmando sus sospechas, se hacía para que nadie dijera que el ayuntamiento era un incompetente, querían conseguir su apoyo en los próximos comicios, a cualquier precio.
No se dejarían convencer tan fácilmente, tener unos meses las calles limpias no bastaba, si quería su apoyo, tendría que comprometerse, mediante la firma de un documento, que dedicaría una partida fija del presupuesto al mantenimiento de su barrio, no aceptarían un no por respuesta. Esperaban reunirse y exponer sus peticiones, ya que como servidor público debería tener la disposición para hacerlo. Mas la reunión nunca llegó, las ideas de hacer planteamientos y pedir el compromiso total quedó en nada.
Siguió recorriendo las calles, le pareció que por lo menos le estaban dedicando tiempo a su cuidado, a pesar del interés que lo motivaba, lástima que, tan pronto pasaran las elecciones, todo volvería a estar como antes −se lamentó−. Mientras pensaba en esto se cruzó con un pequeño coche que limpiaba las aceras, incluso llevaba unas luces que avisaban a la gente que estaba aseando el lugar. Hasta ese momento no había visto algo así, igual los habrían adquirido hace poco, por eso no era muy usual verlos por ahí.
Con un poco de cuidado el sitio se hacía más confortable, esto se veía reflejado en las terrazas.
Hace pocos meses atrás hubiera sido impensable, pero no se podía hacer nada −se dijo− así funcionaba la política y en este sitio lo sabían mejor que nadie. Continuó su camino.