Al llegar de la escuela se situaba delante de la televisión y se quedaba como un poseso, inamovible. Su mundo se detenía durante varios minutos para seguir atentamente lo que ocurría en la pantalla. Intentaba ser puntual, estar siempre a las… de la tarde, salvo excepciones, lo cumplía.
A pesar de que llegaba un momento en el que la cadena repetía los capítulos (probablemente maquinado para acrecentar las expectativas en los televidentes), a los seguidores acérrimos no les disgustaba, más bien lo veían como una oportunidad para ponerse al día, ya que no todos tenían el tiempo necesario para estar pendiente de la misma.
De este modo, de tanto ver las repeticiones, llegaba un momento en el que consiguió aprenderse de memoria los diálogos, le divertía poder adelantarse a los personajes y soltar sus parlamentos, demostrando tener una buena memoria y una gracia natural.
Aun sabiendo lo que pasaría en cada escena se divertía con las ocurrencias de los personajes como si fuera la primera vez, haciendo que fuera todo un espectáculo el ver sus reacciones ante esos estímulos.
Hasta que un día, de repente, se percató de un anuncio publicitario de la cadena en el cual explicaban que pronto llevarían a cabo una breve encuesta que vendría publicada en un diario de tirada nacional, en ella era necesario indicar si se deseaba ver nuevos capítulos, una vez cumplimentada bastaba con entregársela al quiosquero.
Ese anuncio lo pilló por sorpresa, desconocía la existencia de nuevos episodios, más bien creía que la realización había finalizado, así sin avisar, como otras tantas.
Con esta información se apuró en ir al puesto de periódicos más cercano. Compró el diario, rellenó la cartilla que venía y la entregó al encargado.
Al volver a casa pensaba si la hoja llegaría a su destino, pues cuando se la dio, la cogió con tal desidia que parecía que la terminaría tirando en el tacho de la basura, salvo esto fue sencillo el proceso.
Durante algún tiempo siguieron con las repeticiones, hasta que, una vez concluido el proceso de consulta, la cadena informó a la teleaudiencia que los nuevos capítulos se estrenarían pronto, enfatizando que así lo quería la gente y ellos estaban para satisfacer sus peticiones.
Al oír esto se emocionó, había valido la pena darse la molestia de rellenar la cartilla del diario, sentía que no todas las votaciones eran en vano. Asimismo, sintió aprecio por aquel encargado que recibió su hoja, probablemente lo pilló en un mal momento.
Así pues, le emocionaba saber que, así como él, había una gran masa social que participó de la encuesta, demostrando que el número de seguidores superaba las expectativas de la cadena televisiva. De este modo el primer día del octavo mes sería el señalado para dar comienzo a esa nueva etapa.
Después de ver el calendario notó que aún faltaban un par de semanas, aunque se le haría larga la espera, no se desanimó, para hacer que se pasara más rápido el tiempo vería los capítulos repetidos, para tener fresca la trama del programa.
El día del estreno, no hallaba el momento para sentarse delante de la pantalla, quería disfrutar de las novedades que le ofrecería ese producto que conocía perfectamente como ningún otro.
Pero ese día no lo transmitieron como lo habían prometido, tampoco explicaron los motivos de aquella decisión, en su lugar comenzaron a trasmitir un nuevo espacio.
Esto les cayó como un balde de agua fría a los seguidores, pues no podrían seguir las nuevas aventuras de los personajes que, aunque extravagantes, entretenían.
A pesar de este sin sabor muchos se dijeron que quizás simplemente habrían cambiado el programa de horario, ya que al darse cuenta de que tenía muchos seguidores, se decantaron por moverlo a un tramo de máxima audiencia.