Creatividad
En la cola
Por una recomendación estaba en aquella ciudad, serían las seis de la tarde, le dijeron que era un buen lugar para evadirse y añadían: tiene tantas cosas que no tendrás tiempo para aburrirte.
Como su visita coincidió con la celebración de las fiestas locales, decidió vivir la experiencia completa.
Aunque a primera hora el tren tuvo problemas, ya que no bien partió, al llegar a una de las estaciones indicaron a los pasajeros que por motivos de logística cambiarían de unidad.
Todos comentaban el mal servicio que se brindaba, cada cierto tiempo había problemas con el transporte, probablemente por su antigüedad. Uno afirmó que los encargados sabían perfectamente que debían renovar las unidades, pero miraban hacía otro lado.
Tras la espera se retomó el viaje.
Al mirar por la ventana el paisaje que se desplegaba, pensaba en cómo sería aquel lugar al que llegaría, seguramente distinto de lo que conocía, pues su pueblo no aparecía en las guías y aquella ciudad sí.
Al llegar se dirigió a su hospedaje, tenía un código para entrar, su anfitrión se lo había facilitado por un mensaje de texto, aunque tenía dudas se guio por las recomendaciones, una vez instalado, salió a pasear.
Era de noche y las luces daban colorido a las calles, los motivos indicaban la época del año y desplegaban su brillo por todas partes, la vista era diametralmente opuesta a la que observó cuando llegó, como si fuera una cara oculta, destinada a las almas nocturnas que transitaban por esos lares.
Cuando estuvo cerca de la calle principal se encontró con una larga fila, al parecer la gente la hacía para tomar una instantánea, querían llevarse un recuerdo de lo que tenían delante. Al seguir su camino notó que la imagen se repetía cada cierto trecho.
Hasta ese momento lo que veía no le desagradaba, pero cuando fue hacía una de las fachadas más famosas, la que venía en los diferentes catálogos de las agencias, sintió que su fama era exagerada se veía mejor en los folletos.
Lo más llamativo de todo fue llegar a un punto al que no se podía acceder, esto lo pilló por sorpresa nadie le había indicado que aquello pasaría, sin embargo, le daba curiosidad, algo grande se estaría organizando.
Para enterarse se puso a charlar con la gente que estaba en su misma tesitura, uno le expresó que se accedería a partir de las diez de la noche.
Cuando hablaba su acento llamaba la atención, les explicaba que procedía de un pueblo que era el paraíso en la tierra, si lo conocieran quedarían prendados.
Conforme charlaba descubrió que la celebración de ese día era el culmen de las festividades de aquel lugar, por eso cortaban el paso a coches y peatones, incluso venían visitantes de todo el mundo para disfrutarlas.
Aunque no había escuchado nada sobre ello se convenció de su importancia por la cantidad de gente que esperaba para acceder.
Tras aquello pensó que había sido una coincidencia, no tenía planeado estar ahí, simplemente se dio, pero gracias a ese azar podría vivir una experiencia que más adelante contaría.
La hora programada para el acceso llegó, unos tipos hicieron que la gente formara una fila que avanzaba lentamente, pero le daba igual, no tenía planificado hacer nada especial aquel día.