Creatividad

Descatalogado

Por medio de la música se topó con una figura que le resultó interesante, no sólo por sus interpretaciones sino también por la vida que tuvo (lamentablemente había fallecido cinco años antes).
Entusiasmado por ese hallazgo, buscó el modo de saber más sobre ella, la forma en la que llegó a la fama y, asimismo, el tema principal de las composiciones que realizaba.
Cuando leyó los primeros artículos, su entusiasmo se acrecentó. El tipo era peculiar, su mayor aporte fue el de modernizar algo que estaba desfasado, dándole toques esenciales que hicieron del mismo algo universal, a pesar de la reticencia de los sectores conservadores.
Después de leer esto quiso seguir averiguando más. Durante esa empresa descubrió que muchos articulistas habían obtenido información de una biografía oficial −la citaban a pie de página−, escrita una década atrás. Para que todos coincidieran en la misma, debía estar bastante documentada y ceñida a la realidad −pensó−, por eso se dijo que en lugar de estar dispersándose sería mejor centrarse.
Con ello en mente se puso a buscar en la red de redes, pero no la encontró, esto no podía ser posible —expresó—, no queriendo darse por vencido iría a la librería de un amigo.
Cuando dialogó con él, le afirmó que el libro estaba descatalogado, por lo tanto, debería esperar a que lo reeditaran o, en su defecto, decantarse por una edición usada, lo segundo era más factible, conocía a unos expertos que se lo podían conseguir, mientras estuviera en buenas condiciones, le valía.
Quedaron en hablar si aparecía algo.
Mientras volvía a su apartamento, le pareció una jugarreta de los hados que la biografía estuviera descatalogada, ¿no había más gente interesada en el intérprete?
No tuvo que esperar mucho, su colega lo contactó pronto, con entusiasmo le comentó que se lo podía conseguir en formato de bolsillo o en tapa dura, lo que él le dijera, por un momento, se alegró, pero al preguntar cuánto le valdría, los precios le parecieron prohibitivos, en esta tesitura arguyó que esperaría a que hicieran una nueva edición, sin embargo, pronto fue desanimado por su colega.
−Como verás, publicar libros es un negocio, si no han vuelto a hacer una edición de lo que buscas, es porque no es rentable, yo te recomendaría que lo cogieras de segunda mano, tú dime y te lo pido —afirmó.
Ante tal argumentación le dijo que se lo pensaría, tan pronto como se decidiera lo contactaría.
Tras concluir la charla se quedó pensando en el precio, le resultaba desorbitado, solo al alcance de coleccionistas, quienes especulaban con las obras y hacían que los precios se inflaran, él no lo quería para que cogiera polvo en una estantería, él quería leerlo.
En ese momento se le ocurrió que probablemente estaría disponible en formato electrónico. A pesar de su reticencia a leer en dispositivos electrónicos, tendría que hacerlo, ya que su catálogo era más vasto y diverso, ofrecía más posibilidades.
Los caminos de la cultura son misteriosos −caviló−, no estaba en posición de exigir.
Mientras leía la biografía, cayó en las similitudes que tenía con el personaje principal de una novela publicada hacía poco tiempo (y que aun la tenía fresca en la memoria). Debido a que también hablaba de un virtuoso de la guitarra. No obstante, también tenían diferencias, el personaje de la novela moría joven y era un erudito el que se encargaba de hacer todo lo que estuviera en sus manos para que su figura no fuera olvidada. Sin duda la ficción bebía de la realidad −reflexionó.
Tras esta pausa en su lectura, continuó.
Le gustaba la forma en la que iban introduciendo al lector en la vida del autor, las señas que daban, como fue su infancia, en la que la pasó canutas, siendo maltratado por sus padres, por este motivo se refugió en la música como el medio para abstraerse de todo. Cuando tuvo la mayoría de edad se fue de casa y se embarcó en la aventura de vivir en la capital. En esta etapa de su vida dio muestras de ser diestro a la hora de tocar la guitarra, pues rápidamente fue convocado por una agrupación.
A partir de aquí su destino siguió un rumbo claro hacia el estrellato. Cuando tenía presentaciones daba buenos espectáculos, cuando no, se dedicaba a practicar, fue así como llegó a tener un estilo único, en el que su voz parecía mezclarse con las notas musicales, siendo imposible separar la música de la vocalización.
Asimismo, el libro estaba lleno de anécdotas, la que más se le grabó fue la que sucedió durante un concierto. Al tocar una de sus obras más reconocidas, el público comenzó a cantarla, en ese momento se detuvo y les habló: «Muchas gracias por el tarareo y aplausos, pero si quisiera tocar con orquesta se lo hubiera solicitado a los organizadores».
Lo que en otros artistas esto hubiera sido tomado como una falta de respeto, en este caso era una muestra de su grandeza, así se las jugaba su personalidad tan particular, explicaba el autor de la semblanza.
Quizá su biografía tenía datos inventados para resaltar la figura del interprete y hacer más entretenida la lectura, no todo podía ser verdad −deducía−, pero eso lo descubriría siguiendo el rastro de sus creaciones.

APP

300

Dos