Creatividad
COMPRA ONLINE
Se encontraba ahí, en esa oficina, tras tres llamadas al departamento de atención al cliente, con un tique en la mano, esperando a que saliera su turno en el monitor, la demora lo estaba impacientando.
Todo comenzó el día en el que hizo una compra. Le llegó una oferta irrechazable, de un gran centro comercial, al mail, haciendo números comprobó que sí, sería una buena compra.
No se caracterizaba por ser amigo del consumismo, pero cuando tenía delante un chollo no lo dejaba escapar, por este motivo procedió a hacer la compra, una vez finalizado el trámite y elegida la dirección de entrega, solo faltaba que llegara el mensaje de confirmación y junto a él unas líneas que indicaran que el pedido estaba listo para ser recogido. Como era algo usual en las compras que hacía dejó que pasara el tiempo hasta que le llegara la notificación, mientras tanto, se dedicó a sus actividades de costumbre.
De este modo los días pasaron y la notificación no llegó, como no tenía apuro, estaba entrampado en otras circunstancias, no prestó mucha atención, ya llegará —se dijo—, así dejó que el tiempo pasara hasta que estuvo más desocupado, fue en ese instante en el que volvió sobre lo del pedido y notó que llevaba retrasado una semana, al verse en esa tesitura hizo la primera llamada.
—Me encargaré de dejar una incidencia para que solucionen la entrega cuanto antes —le dijo la voz que lo atendió.
Confiando en estas palabras espero que su afirmación fuera cierta. Sin embargo, pasó lo del inicio, a pesar de la incidencia, no le llegó el mensaje de recogida, esto ya comenzaba a molestarlo.
De esta forma hizo la segunda llamada.
—El pedido me aparece que está en recepción —le dijo la voz que lo atendió esta vez y añadió— me sorprende que no le llegara el mensaje para ir a recoger el pedido. Tal vez sea un error logístico —afirmó.
—Ha pasado casi un mes desde que lo compré —respondió enfadado.
—Lo entiendo, pero en ocasiones se dan estos imprevistos —tras decir esto lo tuvo esperando en línea un par de minutos—. He hablado con el departamento de comercio online, me dicen que a más tardar en un día le llegará el mensaje, siento las molestias —le expresó al volver a hablarle—. Espero haber solucionado su problema.
Efectivamente, tras su diligencia, dos días después, comprobó que el producto estaba listo para ser recogido.
Como ya tenía el aviso para ir a por el bendito producto, planificó que lo haría el fin de semana, no tomando en cuenta que un día después le llegaría otro mensaje indicándole que el pedido había sido anulado, esto, sinceramente, era una situación que le resultaba alucinante, sintió que se estaban burlando de él, no le encontraba otra explicación.
En tal situación procedió a hacer la tercera llamada. En esta oportunidad estaba cabreado, quería saber cuál era el motivo de que anularan el pedido.
—No sé el por qué, es raro —le explicó la voz que lo atendió en esta oportunidad.
—Muy bien —respondió—, si no lo sabes tú, menos lo voy a saber yo —espetó visiblemente enfadado.
—Lo siento —volvió a decir la voz que lo atendió y añadió—, no obstante, ya le ha sido devuelto el dinero de la compra.
—Tú no tienes la culpa de esto, lo sé, pero ¿crees que me va a reconfortar el escuchar que ya tengo el dinero en cuenta, cuando es lo mínimo que deberíais hacer? —respondió al oír esas palabras que en lugar de tranquilizarlo lo hicieron enfadar más.
—Sé que no, respondió.
Tras ese intercambio de palabras la llamada terminó sin quedar conforme.
Como tenía planificado pasar el fin de semana por el centro comercial, decidió ir personalmente por la oficina de atención al cliente y presentar una queja formal por el mal servicio.
Y así fue como terminó, sentado en un sofá, a la espera de ser atendido. Cuando le tocó su turno se acercó al mostrador, le facilitó el número de pedido a quién tenía delante y explicó el motivo por el que estaba ahí, asimismo expresó su malestar, tras decir esto notó que el encargado no despegaba la vista de su ordenador.
—Me suena haber visto un pedido de estas características estos días —dijo el encargado tras un breve lapso y continuó—, espere aquí, iré al almacén.
Esperó pacientemente a que volviera el encargado, mientras tanto se puso a observar todo, percibió que no había muchos trabajadores por ahí, probablemente estaban realizando cambios en la empresa, cambios que perjudicaban el correcto funcionamiento de las distintas áreas, quizás ahí estaba la respuesta para todo el desbarajuste que tenía con su compra.
Miró la hora, por lo visto el encargado se estaba tomando su tiempo, pensó, ¿tendría que buscar mucho? Como no tenía planificado, aquel día, hacer nada en especial, esperaría todo el tiempo que fuera necesario.
Mientras tanto siguió mirando a todas partes sin observar nada relevante, solo gente paseando, comprando, haciendo alarde de su afán consumista, como si les reconfortara gastar su dinero, se les notaba ansiosos por salir de ahí con alguna compra.
El encargado seguía sin aparecer, el tiempo pasaba, en ese momento se le ocurrió que sí volvía con el producto en las manos le diría: me acabas de devolver la fe en esta tienda, pagaría y le daría las gracias por el trámite, sí ese no era el caso, le diría un par de palabras, pero aún no sabía cuáles.