Creatividad

Calando

Había tantos que se ponía a jugar mientras los observaba. Le parecían ostentosos en la mayoría de los casos e innecesarios, en menor medida, ya que en lugar de usarlos con el propósito para el cual fueron fabricados, eran empleados en otras actividades que, por lo general, hacían perder el tiempo.
El juego era más entretenido cuando estaba acompañado, con sus colegas se entretenía más, disfrutaba de ese tiempo, la complicidad era un aliciente.
Hacían una competencia simple, quien adivinara más modelos se llevaba el triunfo. Si se daba el caso de que, por casualidad, hubiera un empate, lo dirimían con una prueba rápida de adivinación, en ella era todo o no nada, se ponían de acuerdo e iban a por todas.
Si perdía intentaba dar la vuelta al resultado mediante argumentos. Se le daba bien encausar su verborrea. Tenía la facilidad de defender su posición.
A pesar de las disputas que tenía cuando estaba acompañado, lo prefería a jugar solo, siempre era bueno tener una apreciación extra, alguien que supiera más.
Hoy tenía que conformarse y, en silencio, adivinar los modelos que se le cruzaran en el camino, haría un soliloquio para hacerlo entretenido, pero no sería igual, por más que se equivocara no habría una voz que lo corrigiera, nadie le diría que estaba errado.
Mientras estaba en su juego de adivinación, comenzó a notar determinados patrones, como si la gente fuera más o menos adicta a ciertos dispositivos, no podían alejarse de ellos. Este pensamiento le escarapeló el cuerpo, la dependencia era triste, la gente tenía un problema mental. Hacer un uso desmedido de un pedazo de plástico igual era para hacérselo ver.
No obstante, esta elucubración no surgió en un primer instante, al inicio se centró en lo de siempre, ver las carcasas y descubrir lo que escondían.
Aquel día estaba que se salía, todos los modelos se le hacían conocidos. Podría dedicarse a trabajar en un centro estadístico, cualquiera querría tener a mano la información que el manejaba, pero era improbable, nadie se fiaría de un juego, lo importante estaba en otras áreas y no en la que invertía su tiempo.
Modelos y más modelos, todos pasando por delante de sus ojos, como si estuvieran haciendo un desfile de moda, pero que a diferencia de ellos aquí no se hacía apología de la ropa, sino, más bien, de unos artefactos que no trascendían más allá del interés de sus usuarios, que en muchos casos, no era algo que diera la posibilidad de hacer grandes aportes a determinados aspectos de la existencia, en tal sentido, esto le causaba extrañeza, algo creado para aportar y formar, hacía cualquier cosa menos eso.
Estaba sumido en tal pensamiento cuando, por asociación de ideas, cayó en que tenía un dilema delante, hasta ahora no había barajado esa posibilidad, ya que solo se enfocaba en el divertimento, sin más aspiraciones, no quería marcar un camino a seguir, tampoco plantearse conjeturas profundas, solo quería tener leves acercamientos a determinadas posiciones.
Fue como si en ese momento se le abrieran los ojos, había comprendido la profundidad del tema, podía estar equivocado, pero notaba patrones que lo empujaban a pensar que algo más estaba pasando, no solo era un mero artefacto, tenía un fin que no era del todo beneficioso.
Tras observar atentamente los movimientos de los extraños, se convenció de que esos trastos no estaban hechos para él, los consideraba elementos insustanciales, creados para hacer perder de vista las cosas importantes, cuántas de esas personas que se encerraban en esos reductos invisibles, podrían proponer adelantos para nuestra evolución, sin embargo, eran distraídas y alejadas de lo importante, haciendo que mutaran en seres insensibles, sin pensamiento crítico.
Se convenció, definitivamente, no quería convertirse en uno de esos que no estaban a lo que tenían que estar, dejando en manos de un artefacto algo tan esencial como pensar… siguió jugando, reconociendo los distintos modelos, calando a quienes los usaban.

APP

300

Dos