Creatividad
Estación aciaga
Se levantó nuevamente a apagar la calefacción, no llevaba la cuenta del número de veces que repetía esta operación, pero, con seguridad, eran muchas.
Este hecho no lo dejaba coger ritmo, pues cuando comenzaba a hacerlo debía ponerse en pie y acercarse al termostato para solucionar lo de la temperatura, ora caliente, ora fría, huelga decir el sinsentido de esto que solo conseguía distraerlo y que no se centrara a lo principal.
Por este motivo, y no otros, era un dolor de cabeza el cambio de estación, si durante la época estival se sentía más a gusto, durante la invernal su disposición para con lo que le rodeaba era diametralmente opuesta.
Consideraba que no había nada más deprimente que ver como oscurecía tan pronto, como él muchos de sus colegas pensaban lo mismo, preferían lo contrario.
Esto lo afectaba en el aspecto anímico. Lo sentía como una enfermedad latente asintomática, pero que, por estas fechas específicas, aparecía al pillarlo bajo mínimos, con la guardia baja, ocasionándole una apatía insufrible que llevaba a todas partes.
Incluso salir a la calle no era la mejor idea, si en otras circunstancias salir a dar un paseo lo reconfortaba, ahora mismo, era inviable, ya que las diferentes calles que hasta hace días bullían de viandantes, ahora mismo estaban vacías, pues el frío ocasionaba que la gente saliera en menor número y abandonara las terrazas en busca de espacios más acogedores.
En ese instante tuvo que repetir la acción del inicio, por algún motivo que no se explicaba, su piso no conservaba el calor una vez que se apagaba la calefacción, algo que no era normal. Al inicio, cuando se percató de este hecho, consultó con un especialista e incluso lo llevó a que revisara las instalaciones de su casa, pero no encontró nada extraño.
Al escuchar este veredicto quedó en una total incertidumbre, si alguien que sabía del tema le había explicado que todo estaba correcto, a qué se debía el cambio constante de temperatura, ¿sería solo su sensación o realmente le afectaba a ese nivel el cambio de temporada?, para no complicarse más se decantó por creer que se debía a su mala suerte.
A esto se sumaba el cambio drástico en su vestimenta para no sentir los estragos del frío, sentía que no iba con prendas acordes con su estilo, con su personalidad, así pues, ataviado con ese disfraz demostraba su incapacidad de ir por el mundo como quisiera.
En ocasiones pensaba en lo genial que sería elegir la época del año según sus ganas, por ejemplo, ahora le apetecía estar calentito y no esta sensación asquerosamente gélida. Un tiempo estático, sin cambios, sería vivir en el paraíso, en donde la temperatura no sufriera sobresaltos y se mantuviera templado, a gustito, con ganas de hacer sus labores, sí así fuera la vida sería perfecta.
Y su ánimo se hundía cada vez más, en lugar de salir se quedaba en casa, con esto no buscaba llamar la atención, se sentía mal y no podía hacer nada al respecto, su estado mental se mimetizaba con la aciaga temporada.
A pesar de que se resignaba a su padecimiento, la inclemencia del tiempo le hacía cambiar constantemente sus planes, le hacía sentir un malestar profundo, malestar que solo entendía él, por eso no exteriorizaba su afección, prefería transitar en silencio su averno particular.
































































































































































































































































































































































































































































































































