Creatividad

Segunda oportunidad

No siempre estuvo en el foco de atención, a pesar de demostrar que tenía talento se dio cuenta que necesitaba de algo más, dar un golpe en la mesa y cambiar de aires que le permitieran ganarse la vida haciendo lo que le gustaba. Él sabía que rindiendo como hasta ahora, en algún momento, se le presentaría una oportunidad.
No fue fácil hacerse de un nombre (como se suele decir), ya que descubrió el modo en el que se movían en ciertos círculos, parecía como si el lugar al que ansiaba acceder fuera cerrado, escrupulosamente cuidado por entes celosos de mantener sus privilegios sobre el resto, temerosos de que alguien nuevo les quitara visibilidad.
A pesar de este escollo, se centró en lo suyo, brillaría hasta el punto de que nadie lo impidiera, aun con todo lo que pusieran en el camino lograría salir airoso y demostrar que no solo era un soplo de aire fresco en ese mundillo, sino alguien que podría marcar una época en el deporte nacional.
Así pues, su oportunidad llegó, alguien se fijó en él y le ayudó a abrir aquellas puertas cerradas a cal y canto, estaba a punto de hacer realidad sus proyectos.
De esta forma, solo cuando decidió fichar por el equipo más popular de la ciudad, se convirtió en una figura mediática, su rostro estaba por todas partes. Este empuje a su carrera no lo desaprovechó. Era el centro de las conversaciones.
Al inicio le costó lidiar con esto, pero luego aprendió, de tal modo que parecía que siempre perteneció a esa clase que en algún momento no quiso recibirlo.
Con el tiempo dejó de ser el jovencito que sorprendió al mundo con su habilidad para regatear a sus rivales y la claridad que tenía de cara a la portería, ahora era un jugador consolidado que estaba a puertas de poner fin a su carrera, porque todo inicio tiene un final, y él era consciente de este hecho, pero lo retrasaría cuanto pudiera, no se convertiría en un juguete roto.
Esta renuencia sirvió para que continuara con su carrera, no al nivel que estaba acostumbrado, pero sí en activo, con esta decisión pasó a un segundo plano.
Este cambio le vino bien, podía centrarse y probar diferentes posiciones, sin embargo, se le daba mejor jugar de diez, fue así como demostró que aún estaba vigente, que fue un error que lo dieran por acabado, logró destacar y fue llamado a la selección.
Aunque los seguidores dudaban de su desempeño, ya que estaban seguros de que los años no habían pasado en vano y aunque se cuidara esto no decía nada, por eso mismo protestaron en redes, alegando que por contar con vejestorios se les cerraba la puerta a los jóvenes.
Asimismo, la prensa fue muy dura, argüían que el seleccionador nacional lo llamaba solo por ser su colega, ya que se conocían desde hacía varios años, sin embargo, no sintió melladas sus ganas de jugar con la selección, estaba emocionado por vestirse de corto y jugar en el mejor estadio del país, ese que durante su juventud parecía inalcanzable.

Los días previos se enfocó al máximo en el encuentro, entrenaba como el que más y cuando podía aconsejaba a los que debutaban, era su forma de ser, estaba ahí para compartir parte de sus vivencias, no era egoísta.
La fecha del encuentro llegó, aunque estuvo nervioso en la previa, conforme fue pasando el tiempo se sintió más seguro, de tal forma que mostró un gran nivel.
Los espectadores eran testigos de cómo alguien que lo había ganado todo jugaba como si fuera su primera convocatoria, dejando en mal lugar a los más jóvenes que, en el papel, deberían tener un mejor desempeño. Demostró que la experiencia es un grado, no era tan rápido, pero estaba en cada jugada bien colocado, lo que le permitía salir airoso en los lances con jugadores más noveles e inexpertos. No era nada especial, simplemente era su forma de entender ese deporte, una vez que comenzaba a correr el balón, durante el tiempo que estuviera en el campo lo dejaba todo, no se guardaba nada.
De este modo sintió que estaba haciendo un buen partido, se encontraba a gusto, estaba ofreciendo su mejor cara. Su desempeño fue destacado hasta que, cansado, solicitó el cambio, reconoció que debía dejar su lugar a alguien que estuviera más fresco.
Al final el resultado fue lo de menos, cuando lo cambiaron, miró a todas partes sorprendido por el hecho de que tal vez era la última vez que jugaba en ese campo, pues se demostró a sí mismo que aun podía rendir a un buen nivel, que no estaba acabado, que no había sido una moda pasajera.

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