Creatividad

Una ponencia

¿Como así terminé en dónde estoy ahora? Desde hace varios días vengo pensando en esta idea.
No era una presentación que me generara muchas expectativas, es más, estaba ahí porque me había comprometido con unos colegas, tenía que estar sí o sí.
La lista de ponentes no me resultaba atractiva, quizás porque no me había documentado sobre ellos, en cierto modo, iba a ciegas.
Al llegar, como no conocía aquel lugar, tuve que preguntar en que sala se realizaría, una vez dentro me situé en los últimos asientos, por experiencia descubrí que desde ahí se podían apreciar mejor las charlas.
Mientras esperaba a que empezaran los discursos, un chaval comenzó a buscarme conversación.
—Sueles venir a estos eventos —preguntó.
De buenas a primeras, no tenía ganas de hablar con nadie, salvo con los organizadores, mis colegas, pero, por convencionalismos sociales, me vi en la obligación de responder.
—Cuando tengo tiempo —contesté con desidia.
Esperaba que pillara el tono para que no volviera a preguntar, pero insistió.
—¿Conoces a alguno de los ponentes?
No estaba interesado en seguir hablando, pero dije:
—No, no he tenido el gusto, ¿tú?
Cuando pregunté tenía claro que había metido la pata, ahora le daba pie a que continuara con su charla, todo por ser educado.
—Conozco a uno, suele ir por la facultad, es el erudito —afirmó.
Este qué entenderá por ser un erudito, probablemente nunca habría leído un libro en su vida.
—Interesante —respondió y añadió— en estas tierras no suelen haber muchos.
Soltó esta construcción simplemente con el afán de reconocer que ser lector por aquellos lares era extraño.
—Ya te digo.
Ahora falta que siga con su cháchara, qué larga se hará la espera.
Miró la hora y aún faltaban algunos minutos, eso era lo que tenía ser puntual, si hubiera llegado sobre la hora, no tendría que aguantar este mal trago.
—A ver sí es cierto.
A veces se preguntaba por qué estar en esas situaciones parecía invitar a otros a iniciar una conversación, como si llevara un mensaje en la frente que dijera: Háblame.
—Sabe mucho, en concreto de…, habla con tal pasión que pareciera que está a punto de graduarse, cuando recién está empezando.
A los chavales de primer curso es fácil dejarlos anonadados, con hilar bien una retahíla de conceptos se les convence fácilmente.
—Un especialista, entonces.
A pesar de no saber nada sobre…, fingiría que estaba interesado.
—A mí me llamó la atención desde el primer día.
Él recordaba que también le pasó lo mismo, pero ya estaba curado, ahora podía calar a los mercachifles.
—Sí es así, será interesante la ponencia.
Seguí intentando evitar la charla, pero solo fue interrumpida cuando empezó la conferencia.
Efectivamente, a pesar de no entender nada de lo que hablaban, me resultaban poco cuidadas las interacciones, algunos no sabían vocalizar, se enredaban con los argumentos e intervenían todos a la vez, lo que provocaba que uno no se enterara.
Este caos se notaba en la sala, pero nadie atinaba a decir nada, todos callaban, probablemente porque esperaban a que terminara la presentación.
En ese momento se me ocurrió que, al ser amigos, la amistad estaba por encima de todo, incluso a costa de hacer una mala exposición. Se me ocurrió acercarme a los organizadores y hacérselo notar, pero al ver el compadreo entre ellos reculé, cualquier comentario resultaría fuera de lugar.
Al salir y mientras me acercaba a la estación, pensaba en el motivo que me había llevado a estar ahí. ¿Cuál era el sentido de seguir asistiendo a esas reuniones si salía con la sensación de haber perdido el tiempo?, solo guardaba el recuerdo de ver a un grupo de amiguetes haciendo el tonto y creyéndose que eran mejor que el resto.
Al subir al tren se sentó en el último vagón, ¿qué hago aquí?, se volvió a preguntar, no tenía muchas respuestas, en otras circunstancias habría sacado su talante contestatario, pero en ese momento solo pensaba en volver a casa, descansar, pensar en lo que vendría, en lo que tenía por delante, en los dolores de cabeza, cada vez más constantes que no lo dejaban hacer su rutina del modo que le gustaba.

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