Al inicio no llegaba a entender sus obras, me parecían enrevesadas, densas, llegando al punto de quedarme dormido no bien las empezaba (mi poco interés se veía reflejado en esa actitud). Tendría unos pocos años y esperaba algo más asequible, en donde atar los cabos fuera tan simple como sumar uno más uno, además se me hacían complejas, por este motivo tenían el poder de trasladarme al mundo onírico. Esto mismo sucedió en las subsiguientes oportunidades en que me acerqué a ellas, a pesar del esfuerzo, no logré pillarles el punto, me resultaban ininteligibles.
Más adelante, en la universidad, volví a encontrarme con sus realizaciones, pero a diferencia de lo anterior, en esta nueva etapa comencé a entenderlas. Recuerdo que me encantaron sus temas, la forma en la que narraba sus historias y, asimismo, la construcción de sus arquetipos (impregnados por manías que los hacían especiales). Exhalaban un aire fresco que me hacía darle vueltas a los tópicos que desarrollaba, por no decir que me dejaba algunas ideas que luego de clarificarlas me causaban la satisfacción de estar disfrutando algo especial, que en cada nueva revisión me reconfortaban.
Luego vinieron más elaboraciones y, sin darme cuenta, comencé una pequeña colección, todas, eso sí, en copias, pues en ese momento no tenía el dinero suficiente como para comprarlas en original. Gracias a nacer en la época de la reproducción del arte, daba igual como iba conformando mi recopilación, si las reproducciones eran fieles, me podían causar las mismas sensaciones que las originales, incluso, era factible perderse en ellas como si se trataran de las que ideó primigeniamente el autor. Desde esa época, por el cariño que les tengo, me han acompañado a todos los sitios a los que me he mudado, como el testimonio de un período particular.
Con los años he llegado a conocer gran parte de su trabajo, creo que me faltan pocas o ninguna, un día de estos tengo que ponerme al con ellas y clarificar lo que me queda por repasar. Y aunque en algunas de sus producciones se repiten determinados temas, pues parece que siempre echara mano de los mismos tópicos, las sigo disfrutando como la primera vez, no han perdido esa magia que me impactaron, que me hicieron romperme la cabeza para encontrar sus sentidos, lo que me querían decir en cada escena o en cada frase que soltaban sus personajes.
Estos días he vuelto a revisar a este autor. Su gracia se mantiene intacta, sigo riéndome con algunos de sus chascarrillos y, meditando con sus aforismos, por su complejidad me siguen entreteniendo, además, como ya he visitado algunos de los lugares en los que se sitúan sus producciones, siento que puedo extrapolar lo que están viviendo sus personajes a mi experiencia, sin dudarlo sé que estaré predispuesto a pasármelo bien con sus creaciones, pues me mantienen pegado al asiento, lo bueno es que sus películas las puedo volver a ver de un tirón. Por cierto, me refería a…