Creatividad

Desenfocado

Durante mucho tiempo estuve interesado en comprar una buena cámara fotográfica, me di cuenta de que la del móvil, si bien hace buenas tomas, a la hora de querer editarlas se puede hacer poco o casi nada con ellas, me refiero a lo de trabajarlas con programas de diseño (profesionales) o algo similar.
Así que, sin darle demasiadas vueltas, un día fui a una tienda de electrodomésticos y cogí la que me recomendaron los vendedores, argüían que era de uso sencillo, era encender y disparar, enfocada en el consumidor de a pie −afirmaron.
Tras adquirirla, leí su manual, luego vi algunos videos en dónde indicaban el modo de uso y, asimismo, los trucos para coger las mejores capturas. La mayoría recalcaban que lo mejor era hacerlas en manual, daban unos parámetros necesarios para tener la mejor configuración, pero eso sí, insistían en que esto lo debían hacer aquellos que fueran expertos en el uso de esos aparatos.
Como siempre me he considerado hábil en el uso de la tecnología, presumí que podía configurarla en el apartado avanzado, confiaba en mis capacidades, no demoraría en entender sus entresijos.
Con esto estaba preparado para salir a probar la nueva adquisición.
El lugar elegido fue el parque más grande de la ciudad, un sitio así, con sus llamativas vistas, se presta para ser fotografiado.
Me preparé concienzudamente, revisé la configuración, me puse al hombro el bolso con la cámara y todos sus implementos y enrumbé hacía el destino elegido.
Como era fin de semana estaba abarrotado, había gente por todas partes, en especial haciendo deporte, en las zonas verdes hacían yoga y en las aceras, footing, asimismo algunos, quienes no hacían deporte, se sentaban a descansar a la sombra de los árboles, por el contrario, otros en los bancos disfrutaban con un libro en las manos.
Se me ocurrió ir haciendo fotos conforme fuera encontrando escenas llamativas. No demoré demasiado en hacer mi primera toma, luego vino la segunda y así continué con el paseo.
Iba confiado, ya que por espacios fotografiables no tendría problemas (en este parque existen muchos), cada uno con una personalidad particular.
De todos sus lugares me centré en el monumento del ángel caído, incluso mientras lo enfocaba, había gente que se hacía a un lado para dejarme libre la vista. Hice fotos desde todos los puntos de vista que pude, quedé satisfecho por mi trabajo, para ser amateur no lo había hecho tan mal −me dije.
Luego seguí recorriendo el lugar, continué con la disposición del inicio para proseguir con las capturas, estuve un par de horas en aquella tarea, probando las distintas posibilidades, aplicando las recomendaciones de los tutoriales que había visionado.
Después de esto sentí que ya era suficiente, me decanté por ponerle fin a la actividad del día.
Al volver a casa estaba ansioso por comprobar el resultado de mi primera experiencia fotográfica, por ese motivo lo primero que hice fue conectar la cámara a mi portátil, sin embargo, mi entusiasmo inicial, decayó inmediatamente, las capturas eran pésimas, todas estaban movidas, pensé tener en mis manos obras de arte y solo tenía basura. En tal circunstancia comprendí que lo de aprender a tomar fotos requeriría de tiempo, no era tan inmediato como imaginé.

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