Creatividad
Polímata
El fin de semana no fue el mejor en resultados deportivos, su equipo terminó quedándose a puertas de lograr un triunfo importante, ya que, como era usual, jugaron más con el corazón que con las piernas, quedando en evidencia sus carencias, a pesar de las buenas sensaciones que ofreció en gran parte de la temporada.
No queriendo tener presente este hecho, intentó centrarse en otros menesteres, pero, a pesar de sus esfuerzos, la noticia del resultado aparecía por todas partes.
Este era el problema cuando perdía el mejor, como dijo un especialista, para bien o para mal, perdiera o ganara era un tema de actualidad.
No obstante, lo peor no era el resultado, lo peor lo esperaría el lunes en la oficina, sus colegas se burlarían de él, las bromas serían de todo tipo, aunque ya estaba acostumbrado a recibirlas, no dejaban de joderle.
Igual no vendría mal excusarse para no ir a trabajar —pensó— así podría evitar el mal rato que le esperaba, pero luego cayó que sería un sinsentido, ya no era un niño como para dejar de hacerle frente a situaciones de este estilo.
Se preguntaba el motivo por el cual una derrota en este deporte tenía tal significación para él. Ese malestar que le causaba no se equiparaba a ninguno que pudiera ocasionarle cualquier otra actividad, aunque para él seguir a su equipo era lo más importante de lo menos importante, a menudo parecía que era el centro de su vida o eso era lo que le decían algunos de sus conocidos por su actitud.
Intentó centrarse en otras actividades, todas en las antípodas a lo que deporte se refería, solo así pensaría en otro tema.
De esta forma cogió su portátil y cayó en una página que hablaba sobre personajes famosos que dejaron una huella imborrable.
Al revisar la información se encontró con un personaje que era descrito como alguien sumamente culto y especialista en diferentes áreas. Era un obseso, su afán por hacerse con diversos conocimientos lo motivaron a estar en constante formación, no obstante, en dónde más destacó, y por eso se lo recordaba, fue en la literatura, prueba de ello era que si se colocaba su nombre en cualquier buscador aparecía el apelativo: el novelista.
La lectura le resultaba amena por la cantidad de datos que ofrecía, los apuntes hacían un recorrido por su vida y época, el movimiento al que perteneció, con su muerte se cerró una etapa irrepetible y recalcaban que pasarían varias generaciones para que surgiera una figura de su nivel.
Mientras leía, divagaba y pensaba que en su realidad sería difícil igualar ese nivel de sapiencia, no estaba a la altura, además era monotemático, solo hablaba de fútbol, así se lo hicieron notar varias veces, a esto se añadía que a su edad el personaje, sobre el que leía, ya era respetado en todo el mundo, él, por el contrario, no había demostrado nada especial, no se expresaba bien y su escritura distaba mucho de ser correcta. Por esto llegó a la conclusión de que no sería recordado, pasaría por esta vida sin dejar nada memorable, el hecho de considerar que había vivido en vano y que su paso por la tierra no valdría la pena, le hacía creer que se acercaba más a ser un fracasado que a ser un tipo destacado.
Continuó leyendo, pero cada cosa que descubría lo hacía sentir pequeño, pero pronto comprendió que solo así se hablaba de los genios y él no lo era.
Salió de su ensimismamiento y volvió a interesarse en lo que estaba leyendo, se planteó acercarse a la obra del autor, a pesar de ser vasta, buscaría cada novela, las compraría todas y comenzaría una colección para llegar a comprender el mundo de las ficciones que había creado, aunque lo haría por intuición, sin tomar como referencia a los estudiosos de su obra, se detendría en lo que más expectativas le generara.
Así pues, por un momento había olvidado lo que sucedió antes, pero al concluir su lectura, volvió a recordar todo. En ese instante, no estaba preocupado, esperaba que el próximo fin de semana fuera más halagüeño.