Sábado por la noche, estoy pasando de un canal a otro, no tengo claro lo que quiero ver. De repente me detengo en una cadena en la que están entrevistando a un director de cine, me gusta su explicación sobre la forma en la que construye sus historias, así como lo que las inspira. Tras verlo me pregunto si no sería mala idea quedarme ahí, total, no pierdo nada, más bien podría ver una obra interesante, de esas que, a pesar de no ser comerciales, cautivan con su propuesta. Desconozco el nombre del director, no me suena de nada, sin embargo, decido mantenerme ahí, no cambiar más de canal.
El 2021 se estrenó la película «La ruleta de la fortuna y la fantasía», dirigida por Ryûsuke Hamaguchi, su trama está dividida en tres historias, cuyo hilo conductor se centra en el comportamiento humano, en las decisiones y sus consecuencias, la forma en la que el pasado, en cierto modo, supedita nuestro presente y como nuestras elecciones son las causantes de nuestros arrepentimientos.
Algo destacable en esta realización es el modo en el que director nos acerca a la personalidad de los personajes que intervienen en cada una de las secciones, esto resalta dentro de su propuesta debido a que consigue engarzar intrínsecamente lo que nos muestra en pantalla: la visión de cada uno de esos actuantes, algo fundamental a la hora de identificarnos y sentir empatía por sus representaciones.
Esto viene sustentado en la sobriedad de su filmación, no utiliza recursos ostentosos, se centra en narrar y desarrollar lo que estamos viendo en pantalla. Asimismo, el ritmo elegido, lento, es primordial para que absorba al público e introduzca, a los que se acerquen a ella, en las vivencias y relatos que componen el filme.
Esta moderación se contrapone a los diálogos del guion, son complejos y reflejan conflictos cotidianos. Sus razonamientos son profundos, plasman en su contenido las bifurcaciones de los diferentes caminos, de las distintas posibilidades que pueden tener lugar a causa de las decisiones que tomemos o las palabras que callemos.
De esta manera pone en valor las relaciones humanas complejas e intensas, las que dejan huella en nuestra vida, las que nos marcan, las que intentamos recordar en nuestro día a día y emularlas para sentirnos bien. Porque, así parezca que nuestra vida este condicionada por el determinismo, el azar en muchas ocasiones se hace presente, llevándonos por caminos distintos a los que habíamos planificado en un inicio.
Al final fue una buena decisión no cambiar de canal, la cinta que seguí me gustó, pues cada nueva historia tenía elementos que enriquecían el conjunto de la propuesta, ofreciendo un todo que estaba a la altura de las declaraciones del director.
Me sorprendió descubrir a Hamaguchi, por eso revisaré más de su filmografía con la disposición de estar abierto a las ideas nuevas que proponga en cada una de sus producciones que, si mantienen el nivel de la obra vista, me mantendrá expectante a lo que suceda en pantalla.