Opinión

Realidades paralelas

En un lugar alejado se encuentra una mansión, en dónde vive una madre, sus hijos y sus criados. La mujer añora al marido que no ha vuelto de la guerra, su destino mantiene viva la idea de su regreso, pero pasan los días, meses y años, sin ver cumplida esa expectativa. De tal modo que cada día es una pérdida de tiempo valioso, con esto, la esperanza del reencuentro se hace más lejana. A pesar de las evidencias (pues todo y todos le dicen que, probablemente, su pareja ha muerto), ella se mantiene atenta y no pierde la fe, sabe que, en algún lugar, yace su amado, con ansias de volver a verla.
Grace siente apego por el orden —no se imagina un lugar saturado por el caos—, con el paso de los años se hace aún más estricta con él. Le gusta controlar todo al dedillo, pues cualquier acción que se lleve a cabo tiene que ser consultada antes con ella, por eso encomienda a sus tres criados diversas directrices para que el ambiente se mantenga en paz. Este comportamiento se ve condicionado por La extraña enfermedad que tienen sus hijos, al no poder salir del inmenso caserón, se encarga de educarlos. Todo sigue una monotonía hasta que se dan una serie de eventos que trastocarán su plácida convivencia.
Básicamente esta sería la trama de Los otros, cinta estrenada en el 2001 y dirigida por Alejandro Amenábar.
El leitmotiv de esta realización es el terror, por ese motivo, es el recurso que se utiliza para dar sentido al engranaje de la narración. Es así como el suspenso vertido en el ambiente va en aumento, en gran medida, gracias a su estructura, en la cual el miedo se dosifica con atino.
Durante el desarrollo del argumento se nos van mostrando las distintas motivaciones de los personajes, llegando a empatizar con ellos. Asimismo, la trama nos oculta hechos durante la narración, como táctica fundamental que hace atractiva su propuesta, es un mostrar y no mostrar, manteniéndonos interesados hasta su desenlace, gracias a sus giros inesperados.
Estos virajes consiguen engañarnos, con maestría desvían nuestra atención en una dirección errada, pues el devenir de la producción irá en una orientación contraria, recordándonos con esto el buen hacer de las grandes obras que, con una vuelta de tuerca, engrandecen su planteamiento. Por eso a más de uno le causará una sensación agradable sentir que el guionista tenía un plan oculto desde el principio que se va desgranando poco a poco conforme avanza el metraje.
La atmósfera que se va forjando en la producción se debe a las buenas interpretaciones, así como a la banda sonora que, por momentos, nos hace perder en sus notas, su confluencia otorga intriga a las distintas escenas, convirtiéndose en el eje sobre el cual gira la realización.
Tras ver esta obra su premisa seduce y se queda rondando después de su conclusión: la realidad es más intrincada de lo que creemos, hay muchas cosas que se escapan a nuestra comprensión.

Lume

Agli