Opinión

Hacia el abismo

Un tipo encargado de las relaciones públicas de una empresa, su trabajo requiere que salga de copas con sus clientes (como una forma de confraternizar, algo habitual, considera que es más encantador cuando bebe). Sin embargo, lo que en un inicio era parte de su labor, con el tiempo se convertirá en un problema que traerá abajo su comodidad, haciendo de su vida un caos que poco a poco se transformará en una pesadilla, a pesar de que no vea el infierno en el que se ha adentrado.
Año 1962, se estrena la película «Días de vino y rosas», dirigida por Blake Edwards, cuya historia narra la vida venida a menos de una pareja a causa del consumo de alcohol, durante sus casi dos horas de duración somos testigos de las andanzas de Joe y Kirsten.
La cinta muestra la problemática que existe en la convivencia con un alcohólico, así como el proceso de degradación que se ve en alguien que sufre de adicción a la bebida, las mentiras en las que confía para convencerse de que no está enfermo, controla lo que sucede, no es tan débil como para ser dependiente de una copa de licor.
Asimismo, durante su metraje nos plantea el modo en el que las personas pueden llegar a tocar fondo, la manera en la que afloran los monstruos que contiene el alma del ser humano y lo autodestructivo que puede llegar a ser un adicto, que, por lo general, se trae abajo lo que hay a su alrededor, porque tiene una visión alterada de la realidad, que es inaceptable cuando se está sobrio, pero es más llevadera con el alcohol.
No obstante, no todo es perfecto, queda claro que la obra es maniquea y solo permite a uno de los personajes la redención, Joe, pero el apartado femenino, Kirsten, sufre hasta el final las consecuencias de sus acciones, sin ningún atisbo de salir airoso, ya que está juzgado y condenado. Que una mujer beba y sea dependiente es doblemente dañino, pecaminoso, por eso el infierno estará reservado para ella, para que expíe sus culpas.
Es así como el peor escenario en el que pueden desenvolverse es escudarse en su adicción para justificar sus decisiones, evitando observar la imagen del espejo por temor a descubrir su verdadero rostro y el modo en el que este se ha venido envileciendo, tras un sinfín de malos tratos.
Hay mucha gente que siente que con unas copas encima es más agradable, incluso hasta más lista, pero eso solo es su punto de vista, generalmente esta mirada dista mucho de lo que pueden creer quienes están a su lado.
Esta película es un relato crudo y triste, no se corta a la hora de golpearnos con sus imágenes, en sus escenas no se amilana y exhibe las contrariedades que genera ser dependiente de una droga, por eso en boca de Joe se resume la moraleja de la historia: «éramos una pareja de borrachos en un mar de embriaguez y el barco se hundió».

Lume

Agli