Opinión

El caos en imágenes

En el año 2010 se estrenó Origen (Inception), película protagonizada por Leonardo Di Caprio y dirigida por Christopher Nolan. Las críticas que recibió fueron diversas, donde algunos veían innovación, por su planteamiento y osadía, gracias a que hacía gala de una gran profundidad debido a la yuxtaposición de escenarios, en donde la sintaxis de la trama transformaba todo en un enredo que, a la postre, era desentrañado y justificaba el tiempo dedicado a verla, además, y esto era lo significativo, podía dar la posibilidad de analizarla desde diversos enfoques, todos ellos válidos, solo era necesario tener la mente mente abierta. Otros, por el contrario, observaban una elaboración pretensiosa, justificada por las ínfulas de su director, enfocada en un público que se siente más listo de lo que realmente es, incluso estaba encaminada a generar preguntas durante su desarrollo y a no dar respuestas certeras, por consiguiente, la elaboración de los personajes resultaba plana. En pocas palabras, si se quería ahondar en ella se podían encontrar diversos posicionamientos en pro y en contra.
La obra aborda el tema del mundo de los sueños y todo lo que tiene lugar en su interior, sin embargo, no lo hace de una forma lineal, utiliza saltos argumentales, giros que generan confusión, debido a que cuando se dan por sentadas determinadas reglas más adelante son quebrantadas, en este sentido, esta tiene sus propias leyes y juega con ellas de forma acertada. Ese caos aparente no es tal, solo es necesario prestar atención a los cambios que se suceden en la pantalla. Es cierto que a veces parece un sinsentido, pero, al final, sus piezas se funden en un engranaje que le da una dirección certera.
El asunto como tal ha sido tratado en incontables oportunidades por la ficción, los sueños y la forma en la que se puede manipular a las personas por medio de ellos, solo basta con adentrarse en el subconsciente y alterar su personalidad. En el cine, gracias a las herramientas con las que cuenta, es posible penetrar en esos campos sin miramientos, es así que Nolan plasma una serie de metáforas sobre las diferentes capas de las que se forma el universo onírico, mostrándonos la forma en la que su realidad discurre y los peligros que corren los arquetipos que se adentran en sus confines.
En ocasiones, resulta intrincado adentrarse en realizaciones de este tipo, ya que se sustenta sobre elementos confusos, liándose durante su narración, sin embargo, esto es lo destacable de la misma, pues esa forma de alterar las acciones y la sucesión de las partes de la historia, le dan un matiz original. Esto último puede gustar o no, para muchos quizá resulte pretencioso que una cinta quiera entremezclar tramas, generando la idea de que estamos delante de un batiburrillo, esto puede parecer así si no ahondamos en lo que nos presenta, en resumen, no podemos acercarnos a ella con ideas preestablecidas, porque podríamos juzgar su narración por su superficie, centrarnos en lo anexo y quedarnos en lo anecdótico.

Mitchel Ríos

Lume

Agli