En el año 2007 se estrenó la película francesa dirigida por Peter Webber «Hannibal: El origen del mal», obra que intenta explicar los motivos por los cuales Hannibal Lecter se convirtió en un asesino sanguinario. Para este fin nos lleva a través de su infancia y juventud, mostrándonos sus traumas y el calvario que significó ver los destrozos causados por La Segunda Guerra Mundial y otras atrocidades que lo marcaron por siempre. Asimismo, nos presenta el camino que transitó y el proceso mediante el cual ciertos rasgos de su carácter se fueron acentuando.
El director nos descubre la génesis de los fantasmas que acechan a Hannibal, los sucesos violentos que salpican de sangre su vida. Durante el desarrollo del filme consigue adentrarnos en ese mundo caótico y violento en el que se va forjando el psicópata, destacando el maltrato al que es sometido durante sus primeros años. Es así como se centra en este aspecto para dilucidar las motivaciones del personaje encarnado por Gaspard Ulliel, llevando adecuadamente el incremento del suspense a medida que avanza el metraje, generando interés en el espectador que espera saber cuál será el desenlace de la trama.
La fotografía da realce a la propuesta del filme, las imágenes que se ven en pantalla impresionan por su detalle, así como los escenarios elegidos cuidadosamente orlados para el evento cinematográfico.
La puesta en escena consigue dar toques precisos a la ambientación. Este escenario, en el que van a tener lugar las acciones, otorga aspectos realistas a la ficción, enfatizando el medio en el que se produce la narración, apartado que sin duda es lo más destacable de lo que observamos, llegando a un buen nivel, ya que se centra en los pormenores que llenan los ojos del público.
Por otro lado, esta forma de contar una historia tan conocida como la de Hannibal Lecter, destaca por darle una vuelta de tuerca, no llega al nivel de sus predecesoras, pero da un vistazo novedoso a la vida del caníbal en ciernes, siendo destacable los elementos nuevos que añade, de tal modo que establece las bases de lo que terminará siendo el tipo inteligente que se hace atractivo a los ojos de todos los que se le acercan y consigue ser sutil en su modo de actuar.
La cinta deja buenas sensaciones, llega a gustar, sin embargo, no se puede decir que sea una gran producción, ya que, a pesar de sus buenos apartados, el modo en el que aborda la historia de Lecter tiene vacíos y por momentos es demasiado simple (uno esperaría que fueran más intrincados). Es cierto que nos muestra al personaje en su época de juventud, pero, no se asemeja a lo que será en el futuro, siendo una realización más, ya que no consigue el nivel de sus predecesoras. Obviando esto, por lo demás, es entretenida, no se hace pesada y con ello logra arrastrarnos por el lado oscuro de la mente del ser humano, que muchas veces esconde secretos aberrantes, turbios e imposibles de digerir.