Opinión
Un parvulario
En un mundo onírico una joven empieza un camino de aprendizaje, quiere conocer mundo. De este modo se embarcará en una aventura durante la que se verá inmersa en situaciones que enriquecerán su experiencia. No obstante, en ese recorrido descubrirá que el mundo no es un lugar idílico, hay buenos y malos, hay desigualdades por todas partes y, asimismo, las comodidades están reservadas solo para unos cuantos, una clase privilegiada, a ella le resulta insoportable ver cómo se ha normalizado esta anomalía. A pesar de que no entiende a cabalidad las leyes que rigen a la sociedad, intenta encajar, por eso seguirá aprendiendo, pues se da cuenta que la acumulación de conocimientos es el camino hacía lo que ansía.
De esta forma «Pobres Criaturas», película del año 2023 dirigida por Yorgos Lanthimos, nos presenta a un personaje que quiere ser libre (a pesar de desconocer que es parte de un experimento), llega el momento en el que se siente asfixiado por la monotonía. Por este motivo decide adentrarse en una fantasía barroca, en donde los paisajes parecen sacados de un sueño, porque así es como ve la vida Bella, llena de rasgos mágicos, que no parecen tener sentido, pero que, ante sus ojos, son parte de un gran rompecabezas que ansía descubrir y ensamblar para darle una significación e interiorizarlo.
En esta línea, la cinta se sirve de un guion lleno de detalles destacables, que hace gala de un poder narrativo seductor, en dónde desarrolla con un ritmo sosegado, pausado, los capítulos en los que se divide las aventuras de Bella Baxter ubicadas en un ambiente impregnado por un tenue aire de humor negro, cuyo discurso nada en citas filosóficas que nos empapan de su sustancialidad.
A esto se le añaden unos diálogos ágiles que dan frescura a las interpretaciones desplegadas en pantalla, otorgando un registro particular a la propuesta de Lanthimos.
Todo esto se consolida gracias al apartado visual, en donde se ve una gama de matices pictóricos (ora claroscuros, ora a colores) que se despliegan en cada circunstancia para realzar la personalidad pueril de quien nos guía por ellos.
Este arquetipo intenta adaptar a su realidad el espacio en el que está inmerso, por eso vive aceleradamente. En esta etapa de crecimiento no se corta a la hora de disfrutar de los placeres que le ofrece el medio, quiere vivirlo todo, probarlo todo en todas partes, deviniendo en un final a la medida de sus ambiciones.
En este sentido, estamos delante de una realización diferente, que destaca por su puesta en escena, por su elenco, así como por su fábula de igualdad y liberación, llena de mensajes incisivos que generará en el espectador un posicionamiento en relación con su alegoría, pues su ficción se toma licencias que, por momentos, resultan ilógicas.
En conclusión, no dejamos de ser unas pobres criaturas sueltas en un mundo agobiante, opresor, que por momentos nos satura con sus convencionalismos y, en otros, nos desquicia por sus falsedades, hipocresías, ante las que debemos reaccionar de acuerdo con los condicionamientos dominantes.