Opinión

Sencillez representada

Una familia se reúne y festeja alrededor de una mesa, llevan una vida austera, pues viven confiados en que el más allá estará lleno de premios gracias a su inestimable sacrificio. Alrededor de ellos se mueve su comunidad, comparten con ella la buena nueva de su existencia. La camaradería destaca en este lugar, todos cuidan de todos, siendo miembros activos en las diferentes actividades que se organizan en torno a ese núcleo, conformado por un padre y dos hijas. Y la vida sigue, como si se ciñera a un plan preestablecido, diseñado para alejarse de lo mundano en aras de un futuro lleno de satisfacciones. Nada hace pensar que algo pueda alterar esa realidad, mientras tanto todo sigue como siempre.
Una obra que sobresale por su sencillez es El festín de Babette (Gabriel Axel, 1987), su trama narra la historia de un pequeño pueblo escandinavo, en donde la gente se ciñe a sus costumbres, es así que todo parece una monotonía, solo salen de ella cuando rezan y llevan a cabo una serie de ritos que les une en una hermandad piadosa. Pero aparece Babette una cocinera francesa que se refugia en casa de dos ancianas, hijas de un pastor luterano que sentó las bases de confraternidad en aquel lugar. La reciben con cierto recelo, pues desde su imaginario proviene de un lugar carcomido por el pecado, a pesar de todo le dan cobijo, antes de cualquier desconfianza se eleva su comportamiento bondadoso.
Esta película se basa en un cuento, del mismo nombre, de la escritora danesa Isak Dinessen (pseudónimo de Karen Blixen). El relato es sencillo, no usa demasiados personajes, pues el hilo argumentativo gira en torno a la vida de Martine y Philippa (unas buenas samaritanas), ya que en ellas se resume el carácter de compasión y misericordia que profesan, asimismo, nos muestra como estos dos personajes provocan cambios profundos en la vida de quienes se acercan a ellas. La simbología religiosa aflora por todas partes en esta realización y le da sentido a las acciones que se observan en pantalla, no es necesario tener muchos conocimientos sobre dogmas para reconocerlos.
Esta cinta demuestra que no es imprescindible un gran despliegue de efectos especiales o cualquier otro ardid, pues se sustenta en un guion que sigue a rajatabla lo que se lee en la obra de Dinesen, en ningún momento se toma licencias, no adapta arquetipos a su conveniencia, sino que mantiene el carácter escueto del texto literario, en donde todo parece estar hilado finamente, construyendo una metáfora que destila inocencia.
Me acerqué a esta obra sin tener referencias previas, pensé que la historia sería truculenta, habría muertes y se darían varias circunstancias que demostrarían el carácter inalterable de la comunidad representada, en este sentido, esperaba ver personajes que actuaran de forma siniestra, despiadada. Sin embargo, mi idea inicial no se parecía a lo que se desarrollaba en la historia, más bien, estaba delante de una fábula cuyo mensaje se sustentaba en que lo mejor se vive en este mundo, de nada sirve pensar en el más allá, cuando se malvive aquí y ahora.

Mitchel Ríos

Lume

Agli