Opinión
Realismo y locura
Hubo una época en la que era de obligado cumplimiento realizar el servicio militar. Muchos se sentían orgullosos por llevarlo a cabo, consideraban que se creaba camaradería entre los compañeros, digerían mejor el internamiento, en cierto modo, daba sentido a sus vidas. No obstante, así como había gente a los que les venía bien, otros, por el contrario, se veían presionados e inmersos en una ocupación insatisfactoria, sentían truncado su futuro y/o proyecto de vida. Para evitar este tipo de situaciones, este servicio militar dejó de ser obligatorio, llegando a la conclusión de que no servía de nada retener a alguien en contra de su voluntad.
Conversar con algunos de los que se han visto abocados a esta labor, es pasar un rato ameno, las anécdotas que suelen contar están orladas por las experiencias vividas, sostienen que entraron siendo niños y salieron como hombres, además, añaden, deberían hacerlo todos, así forjaría la disciplina en cada uno.
Desde hace varios fines de semana estoy haciendo una revisión de las películas dirigidas por Stanley Kubrick, hoy, después de estar posponiendo su visionado, me tocó ver La chaqueta metálica (Full metal Jacket, 1987).
La forma de abordar el tema le sirvió para marcar distintas pautas, por eso, en varias realizaciones posteriores se pueden ver rastros de su propuesta. Kubrick hace de un tema simple la piedra angular de su estructura, enfocada en mostrarnos la vida militar, así como la forma en la que cada personaje va evolucionando durante el transcurso de la trama, no solo por la presión a la que son sometidos, sino, también por las relaciones que surgen entre ellos.
La cinta está basada en The Short Timers, una novela escrita por Gustav Hasford; en ella cuenta sus experiencias vividas durante la guerra de Vietnam, su personaje James T. «Joker» Davis, es el encargado de narrar lo que va sucediendo, este (encarnado por Matthew Modine) da sentido a las escenas que se van sucediendo. Su voz da pie a momentos importantes dentro de la narración, es el eje en torno al cual se sucede la acción.
Esta película está dividida en dos partes, una centrada en el momento del reclutamiento y formación de los soldados y otra, en mostrarnos las imágenes de lo que sucede durante el enfrentamiento bélico, es decir, instrucción y realización, en donde los reclutas tienen que poner en práctica el adiestramiento recibido.
En la primera parte vemos ese proceso de quitarle la individualidad al sujeto en pro de valores más elevados. Para conseguir este fin se empieza por dejar en mínimos la dignidad de los aspirantes, en especial de los renuentes a acatar las órdenes del instructor, estos son los que más sufren ese camino tortuoso. En ese trance, su superior se encarga de mostrarles las bondades de pertenecer a ese gran grupo, de tal modo que seguirán siendo parte de él hasta el fin de sus días. Este es el punto de partida para explicar el comportamiento de los soldados en el campo de batalla, grosso modo, podemos ver como se alecciona a los muchachos, creando dentro de algunos sentimientos encontrados. Con esa formación, en algunos momentos inhumana, se crean seres desprovistos de cualquier inquietud contraria a las premisas dictadas por el monitor, para él, el logro será producir fanáticos en serie, personajes que no se detendrán ante nada, ni nadie, para cumplir órdenes.
La segunda parte es una muestra de cómo es la guerra. El espacio de conflicto, la trama y la forma de narrar es distinta a la primera, el único factor que se mantiene constante es Joker. Esta parte es menos efectista que la primera. Las imágenes que mostradas son una mezcla de realismo y locura. En algunas secuencias funge de reportaje periodístico, los planos y las entrevistas que se hacen a los participantes, fundamentan esta premisa. Sin embargo, su mensaje es claro, en una guerra todos pierden, no hay ganadores ni vencidos, por eso, en algunos momentos, trata de mostrarnos la peor cara de los soldados, así como la nula explicación de algunos para sustentar su presencia ahí, consideran que luchan por algo noble, son los libertadores de aquel pueblo, por eso se sorprenden de que no los reciban con los brazos abiertos.
Una obra que dibuja el lado oculto de los enfrentamientos armados, la forma de ridiculizar el despliegue de las fuerzas militares, da señas de esa improvisación y nula preparación de los batallones, por esa razón se la considera como una cinta que aboga por el pacifismo, como dice uno de los personajes, cualquier muerto sabe que es mejor estar vivo.
Mitchel Ríos