Durante los últimos días, en las redes sociales, me saltaron varios hilos cinéfilos que versaban sobre una producción en particular que desconocía. La ponían como una excelente película cuya dirección estaba a cargo de un actor famoso y en dónde debutaba su hermano. Como no tenía nada en especial para ver, planifiqué disfrutarla el sábado, ya que al actor lo vi en varias realizaciones que me gustaron, de igual forma su incursión como director me resultaba interesante, no lo tenía como alguien con aspiraciones de profundizar en este apartado.
Según la información de la plataforma, duraría ciento veinte minutos, no me pareció excesivamente larga, es más, me resultaba adecuada para verla en una sesión nocturna, la hora elegida serían las once de la noche, para ser fin de semana no venía mal.
Tras la desaparición misteriosa de una niña, todo el mundo se verá afectado, lo que al inicio parece un caso sencillo, comienza a intrincarse conforme se va desarrollando su trama. Una sinopsis sencilla que resultaba atrayente.
Por lo general, me gustan las obras con temáticas de desapariciones, pues te envuelven en el proceso de aclarar los puntos oscuros de un hecho que trastoca la vida de una comunidad, mostrando los entresijos de la investigación, en donde tienen que echar mano de su ingenio los encargados de llevarla a cabo.
En esta tesitura resulta resaltante ver cómo se van uniendo los hilos sueltos y se comienza a dibujar un perfil psicológico del culpable, destacando que, usualmente (en la mayoría de los casos), es quien menos sospechas producía, esto gracias a un giro inesperado en el argumento, pero al que no se tiene acceso hasta muy avanzada la narración.
En este sentido, seguía a pie juntillas esta premisa, intentaba llevar al espectador de la mano para la resolución del caso, soltando pistas en todo momento para indicarnos de soslayo quien era el culpable. Sin embargo, no consiguió captar mi atención, debido a que durante todo el visionado no dejaba de pensar en lo predecible que resultaba su propuesta, parecía un amasijo de buenas ideas mal desarrolladas, en esta línea, el protagonista no causaba empatía y resultaba poco convincente en el papel del investigador que sigue sus propias normas (experto en resolver este tipo de hechos), también era risible el tono de voz que utilizaba, incluso intentaba ser profundo cuando era un personaje sumamente superficial.
En resumen, no pude terminar de verla, me resultó pesada, en ningún momento logró engancharme, su desarrollo era lento y aburrido, se detenía a explicar minucias que no aportaban nada a la trama. Es así como mi noche de cine se fue al traste, después de mucho tiempo no llegué a terminar una película, casi siempre les doy la oportunidad de concluir para hacerme una idea clara de lo que me pueden ofrecer, pero este no fue el caso. Cogí el mando y detuve la reproducción, no pensaba perder el tiempo con algo tan descafeinado, por este motivo me dije que lo mejor era apagar todo y me eché a dormir.