La película The Revenant (el renacido), ambientada en el siglo XIX, nos presenta la vida de un grupo de exploradores en constante lucha con los fenómenos naturales en donde la nieve lo rodea todo, sacando a relucir su espíritu de supervivencia. Solo el ánimo preparado es el que logra sobresalir sobre el resto, así sea una tentativa de resistencia también es una emocional; tienen que demostrar de que están hechos, la forma en la que pueden elevarse sobre todo y no caer en el abatimiento, no rendirse en la empresa de arribar al objetivo.
Hugh Glass, interpretado por Leonardo DiCaprio, es un cazador famoso, trampero y hombre de frontera. En el filme aparece como un tipo de mediana edad, cuyo pasado no se nos cuenta de una forma lineal, sino mediante flashbacks que durante el sueño aparecen como punzadas que atormentan su alma, por eso en el interior de su mente se da la pelea entre lo salvaje y lo civilizado. Su experiencia le dice que los supuestos civilizadores son asesinos potenciales que no buscan el porvenir de todos sino solo de aquellos que compartan la idea de educación que tienen, por esa forma de pensar matan cruelmente a pueblos enteros. Lo de civilizado o salvaje, depende de la posición que tomes o en el lugar del mapa en que te encuentres, para el que hacía de civilizador él era el único detentor de la cultura, no era posible que en otros lugares existiera otra cosa que no fueran bárbaros.
Glass es traicionado luego de ser herido por una Osa grizzli, a causa de las heridas queda inmovilizado y se le hace imposible continuar con la empresa, por un tiempo es cuidado por un par de compañeros y de su vástago, sin embargo, creyendo que está muerto lo abandonan a la intemperie y asesinan a su hijo. A partir de este punto, empieza el proceso de supervivencia, se siente dolido y traicionado, pasa por muchas peripecias y sale más reforzado y convencido que al inicio. Cuando logra encontrar al culpable, se da cuenta que el proceso que se ha desarrollado en él, es algo más profundo; ha cambiado la visión que tiene de la vida, cuando tiene a la mano cobrar venganza recuerda que la venganza solo está en manos de Dios. Para renacer hay que pasar por distintos procesos en aras de la salvación.