Opinión

Idealizaciones

Nuestra sociedad avanza a un ritmo apresurado, vertiginoso y estresante, cuando damos por sentado algo, en poco tiempo cambia. Las modas y los distintos métodos de comunicación son causantes de la fugacidad de los paradigmas, no se puede dar por sentado nada. Esto acarrea modificaciones en la forma de interactuar dentro de la comunidad.
Se han imaginado distintos escenarios posibles basándose en este tema. La forma de desenvolverse de las personas y la idea de las relaciones interpersonales variará.
Una cinta que se aproxima a este cambio de interrelacionarse es «Ella» (Her, Spike Jonze, 2013). En un mundo distópico, un hombre decepcionado por sus relaciones amorosas, está dentro de un proceso de separación, decide explorar otras opciones para encaminar su sentimiento de soledad y embarcarse en una relación. En esta tesitura no tiene otra idea que interaccionar con su nuevo sistema operativo (SO), lo configura para que su voz sea la de una mujer y, como si fuera un juego, empieza una aventura sin precedentes.
La idea de que surja el amor entre un programa informático y un ser humano no es descabellada, en nuestra época existen personas que inician relaciones amorosas por internet con gente que no conocen físicamente, solo por voz, consideran que por este medio la gente es más sincera y no es superficial, en una situación así, tal vez, el siguiente paso sea el dejar de lado a ese interlocutor de carne y hueso y reemplazarlo por un SO. Un algoritmo adaptable al usuario y que se irá enriqueciendo por el acceso que tendrá a su información personal.
Todos buscamos algo, no queremos estar solos, incluso aquellos que gritan a los cuatro vientos que les gusta la soledad, también lo hacen. Es parte de nuestra naturaleza querer estar acompañados por alguien que satisfaga ciertas necesidades (nos proteja y sea el foco de nuestra admiración). Encontrar un sujeto que cumpla estos requerimientos es difícil, muchos suelen fracasar, por eso, tener una persona, aunque sea virtual, que se preocupe por nosotros nos puede llevar a sentir sensaciones que, en el día a día, no experimentamos. Ensalzamos lo que no conocemos, confiamos en la existencia del objeto ideal de nuestro deseo en algún lugar del mundo. Esto se produce con frecuencia en las relaciones a distancia, somos más receptivos a un discurso que se ciña a nuestras pretensiones.
En el relato de Her da igual quien proporcione estas sensaciones, en ese mundo la gente está abstraída en sus asuntos, en cierta medida su vida social gira en torno a la tecnología, los adelantos informáticos se observan de forma manifiesta en la vida diaria de los personajes. El alcance de la programación es tan avanzado que se ha inventado un programa que funciona como asistente, se puede poner un nombre y evoluciona conforme vaya asimilando nueva información. Los creadores del mismo dan la posibilidad de customizarlo al gusto del cliente, también puede encargarse de las actividades que se le hacen tediosas al usuario, su velocidad de procesamiento de datos es ágil, siendo posible hacerle cualquier tipo de pregunta y encontrar respuesta sin perder el tiempo innecesariamente.
Una de las cosas que se aprecia en la película es el engaño, voluntario, en el que se sume el protagonista. Idealiza a una personalidad programada que simula ser la de una persona de verdad. La situación no deja de ser una apariencia, fruto de la inestabilidad emocional de nuestro personaje. Si uno está delante de un algoritmo debe tener claro que es un ente creado por humanos y que, si a esto se le agrega el de ser adaptable, hará uso de todas las herramientas que tenga a su alcance para engatusarnos y hacernos creer que estamos delante de alguien similar a nosotros, por eso se ajusta a nuestras necesidades, se enfoca de manera personalizada en nosotros, tiene las palabras adecuadas, nos dice lo que esperamos escuchar, esto puede llevarnos a confundir y creer que estamos delante de alguien real. Nadie con dos dedos de frente pensaría que el asistente personal de nuestro móvil no es un producto informático, por más que tenga una voz amigable, ha sido diseñada de ese modo para hacer más amistoso el proceso de interactuar con nuestros dispositivos tecnológicos.
Theodore se siente decepcionado de la vida, en uno de sus momentos de bajón llega a pensar que ha sentido todo, en el futuro no habrá sensaciones nuevas, solamente será una repetición constante, una reincidencia de la historia que no deja de contarse. En ese afán por sentirse mejor, se aleja de lo superficial de su entorno y se sume en los brazos de un software adaptado a sus necesidades, prefiere ser feliz formando parte de una ilusión que sentirse mal a causa de los sinsabores de la realidad.

Mitchel Ríos

Lume

Agli