Opinión
Es lo que hay
Los lunes al sol, película del 2002 dirigida por Fernando León de Aranoa, aborda la problemática de un grupo de personas que han sido despedidas de su trabajo y que tienen problemas para encontrar uno nuevo. En su trama nos muestra que su día a día es un sinvivir, porque se ven en la tesitura de no poder acceder al mercado laboral, por más cualificados que estén. La edad es su principal obstáculo. Logran seguir adelante gracias a sus rutinas y a las pequeñas alegrías que les depara cada nuevo amanecer.
El tono natural con el que se aborda la historia, hace de este su principal característica. Por momentos da la impresión de estar filmada con el estilo de la Nouvelle vague, se libera de la técnica en aras de lo que quiere expresar, consiguiendo con esto momentos destacables que tienen lugar en el bar de toda la vida al que asisten los personajes de manera recurrente. Quien quiera encontrar un montaje y fotografía memorable en esta realización pierde su tiempo.
No se puede dejar de mencionar a Bardem quien hace un buen papel encarnando a Santa, un tipo que se ha curtido en el mundillo laboral a costa de sufrir él mismo las injusticias de un despido improcedente, en sus intervenciones nos hace partícipes de discursos y planteamientos interesantes. Tampoco podemos obviar al resto del elenco: Luis Tosar, José Ángel Egido, Nieve de Medina, Joquín Climent, la química entre ellos traspasa la pantalla y consigue hacer verosímil lo que se está viendo durante las escenas.
Tal vez sea bueno estar los lunes al sol, es más, la mayoría de las veces resulta satisfactorio, sin embargo, cuando ello se convierte en una analogía a estar en el paro, deja de tener gracia. Lamentablemente esto, a causa de la pandemia, se está repitiendo, mucha gente está sin trabajo y se ve en una situación terrible. Es cierto que las circunstancias actuales son distintas a las de la película, pero el fondo, el tema, es similar, hay personas que, a pesar de estar capacitadas, no tienen la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo digno. De repente para los que ven desde fuera la situación, les parecerá que no hacen lo necesario para conseguirlo, pero olvidan que la realidad es más compleja.
Y aunque al final pareciera que solo nos queda resignarnos ante lo que sucede en nuestro medio, repitiendo el mantra: es lo que hay, no podemos perder de vista lo que nos rodea, cada pequeño momento por muy insulso que parezca puede contener la gracia suficiente como para evadirnos de esos momentos peliagudos. No obstante, es fácil decir esto cuando uno se encuentra sentado frente a un ordenador escribiendo, solo aquellos que sufren en sus carnes la penuria de estar sin trabajo y, como es natural, la necesidad de solventar deudas, pagar el alquiler, no tener dinero para comer, detentan la voz autorizada para expresar lo que realmente se sufre, lo demás es solamente especulación que solo sirve, la mayor parte de las veces, para escribir ensayos y no para dar solución al problema en sí mismo.