Opinión
Aventuras de otro mundo
En un futuro (distante), imaginado por Gene Roddenberry, el ser humano se dispone a recorrer la frontera final, el espacio, tras tomar consciencia de su valor como especie y de apartar cualquier tipo de diferencia entre sus componentes. En este mundo, la tierra se eleva como una unidad que encabeza a La Federación Unida de Planetas. Como capital de esta coalición determina su sede de gobierno en París (Francia) y de la academia de la flota estelar en San Francisco (EE.UU.). Por eso, los terrestres tendrán un papel fundamental en el discurrir de la historia de este universo idílico. Así mismo, en Star Trek podemos observar que, a pesar del paso del tiempo, el ser humano mantiene invariables sus ansias de aventurarse en senderos desconocidos.
El 24 de enero se estrenó la serie Picard (Amazon Prime 2020), añadiendo un elemento más a la franquicia Star trek. El eje fundamental de esta nueva producción es el personaje Jean-Luc Picard (interpretado por el actor Británico Patrick Stewart). La historia tiene lugar después de los acontecimientos acaecidos en la cinta: Star Trek: Némesis (Stuart Baird, 2003). Picard está retirado y vive una vida aplacible como un simple civil, pero, como suele suceder en estas obras, eventos inesperados lo volverán a posicionar en primera línea de acción. Esta realización se centrará en cerrar la historia del almirante Jean-Luc, terminando así una trama que se inició en 1987 con la serie: Star Trek: The Next Generation.
Gracias a los servicios de video por demanda tenemos a nuestra disposición el universo Star Trek, desde aquella que inició todo: Star trek, en 1966, hasta la de Picard, en donde se puede ver la evolución de los efectos especiales, siendo un buen documento para ver el recorrido de los mismos. En la serie original saltan a la vista las limitaciones tecnológicas de su tiempo, algunos escenarios parecen burdos comparados con los actuales, sin embargo, sería iluso querer encontrar los avances actuales de diseño en esa obra del siglo pasado, porque la calidad de las imágenes actuales requiere un trabajo más pormenorizado a la hora de querer mostrar un mundo posible y, con ello, sumergir al espectador en su propuesta. Esta serie no fue hecha para ser vista en pantallas de alta definición, es más, en algunos dispositivos la calidad no era la mejor, por eso no se centraba tanto en lo visual y daba más importancia a la calidad interpretativa de sus actores.
Seguiré esperando cada nuevo capítulo de la nueva serie como si se tratara de la que vi en los años noventa, en donde no me despegaba de la pantalla, era una cita ineludible, todos los días a la misma hora (y en el mismo canal) y si, por algún imprevisto, me perdía alguno de sus episodios siempre tenía al lado a un colega que me contaba los pormenores, me daba igual que me lo destripara, lo único que me interesaba era estar al día con lo que sucedía en las aventuras interestelares del USS Enterprise.
Mitchel Ríos