Opinión
Un sueño más
Hay un mundo apartado de todo lo que vemos en dónde se pueden hacer realidad nuestras fantasías, el único requisito para que esto funcione es creer en lo utópico, pero solo se activa cuando estamos dormidos, debido a que en ese momento quedan en libertad distintos dispositivos que permanecen ocultos durante la jornada diurna.
En tal contexto se nos presenta «El sueño producciones», miniserie animada del año 2024, cuya propuesta cobra sentido cuando se observa el proceso que nos lleva a soñar y la forma en la que funciona una maquinaria ideada para lograr el bienestar de quien duerme.
A lo largo de sus cuatro capítulos nos transporta a través de un viaje visual de ensueño, impregnado de un colorido que exhala vivacidad por todas partes, realzando cada escena que observamos, dentro de un entramado minuciosamente ideado para nuestro disfrute.
Para este fin se apoya en un guion que destaca por las libertades que se toma a la hora de desarrollar su argumento, reforzando, en cada línea, la idea de dar rienda suelta a la creatividad, ya que solo así consigue el efecto deseado, llenando de diferentes matices cada reducto de ese mundo imaginario que nos propone, lo cual se ve adecuadamente representado en la puesta en escena.
Así pues, su trama central se detiene por momentos para dar paso a pequeños detalles que dan sustancia a lo que se ve en pantalla, sin perder de vista lo que nos está presentado, mostrándonos la manera en la que se va desenvolviendo la narración con un ritmo pertinente a la hora de dar pie a cada una de las interacciones de las formas y fondos de los diferentes escenarios y situaciones que se plasman en la historia, otorgándole una atmosfera particular, una transformación en la forma de ver ese mundo, ya que su significación cambia conforme avanza el metraje de la cinta.
De esta forma nos adentramos en el apartado onírico de la realización, en el que cada pequeño detalle cumple una función, un papel determinado para que la ficción funcione, aunque por momentos da la impresión de ser un reducto desorganizado, caótico, en el que se confunden los papeles de quienes cargan sobre sus hombros la responsabilidad de sacar adelante la empresa, pero esto es solo aparente, pues siguen unas reglas claramente mencionadas.
Asimismo, se presenta un microcosmos organizado, como si de una sociedad humana se tratara, en dónde todos sus integrantes ostentan un cargo determinado y se enfocan en hacer funcionar los artificios para conseguir una experiencia satisfactoria durante el sueño.
En definitiva, esta cinta, a pesar de no ser profunda en su contenido, consigue entretener y, por un momento, nos hacen soñar con la idea de que dentro de nosotros habitan seres que producen magia en nuestro interior con el fin de hacerle frente al mundo exterior que nos presiona en el día a día. En este sentido, logra que nos abstraigamos y hace que nuestra imaginación vuele libremente, como si lo simple fuera la respuesta para ser feliz.