Opinión
Variaciones
De repente llega un día y te preguntas ¿qué piensas hacer el resto de tu vida?, una interrogante que a determinada edad debería tener una respuesta clara, más no es posible. Siempre nos han dicho que con el paso del tiempo se van obteniendo respuestas, pero no es así, las dudas se van engrandeciendo, se van haciendo más oscuras, porque no es simple encontrarle una dirección a las acciones que realizamos. Y la incertidumbre de no saber hacia dónde vamos se muestra más patente, hacemos las cosas por costumbre y no por sentirnos motivados. Pero uno nunca sabe, la magia puede estar en cualquier parte y así, sin que lo esperemos, todo puede dar un giro de 360 grados.
Nosotros de nuevo (Zach Parrish, 2021) corto en el que se narra la historia de una pareja mayor que ha perdido los bríos de la juventud, sin embargo, por un ardid se verán inmersos en una historia que los hará volver a sus años mozos.
No tenía planificado caer en este corto, es más, me dispuse a verlo por su exigua duración, no perdía nada haciéndolo, esperaba que fuera uno de tantos que suelen poner de relleno en la parrilla de las plataformas de videos por demanda, pero este no fue el caso. No bien concluyó me dejó dándole vueltas a muchas cosas, sobre todo lo que respecta a la pareja y los cambios que se van produciendo conforme avanza la edad, la manera en la que nos observamos y, asimismo, lo que esperamos de la relación.
Lo fundamental es comprender que cambiar, en el transcurso de la existencia, es parte de crecer y no podemos esperar que la gente sea siempre igual, pues es inviable. Considerar que alguien que conocimos hace diez o quince años seguirá siendo el mismo, teniendo el mismo comportamiento, las mismas actitudes, los gestos, incluso el pensamiento, es iluso, ya que nada se mantiene estático, por ello todo se centra en adaptarse, entendiendo qué no podemos vivir rememorando el pasado, para disfrutar el presente es necesario dejarlo ir.
Resulta curioso ver que, en solo 6 minutos (tiempo que dura la obra), se pueda contar tanto y atrapar la atención del espectador, incluso sin parlamentos, solo por intermedio de gestos que efectúan los personajes, los cuales se mueven al ritmo de una melodía, la misma que hace de hilo conductor de todo lo que se ve en pantalla. Esta canción es pegadiza y causa gratas sensaciones a quienes la escuchan, pues todos realizan piruetas en la ciudad que funge como escenario de la narración que se nos plantea. Sin duda su mensaje es claro y conciso: A pesar de que pasen los años nuestra esencia sigue siendo la misma, simplemente está latente a la espera de poder mostrarse, pero para que ello se produzca es necesario aceptarnos y entender los cambios que se van dando en el mundo. Si de jóvenes bailábamos a lo loco, en la edad madura, se puede disfrutar bailando un lento, nosotros hacemos especiales los momentos.