Opinión

Una historia sencilla

En la última entrega de los premios Oscar, el pasado 25 de febrero, se alzó con el reconocimiento a mejor película del año, Green Book (Peter Farrelly, 2018). Esta historia está basada en hechos reales. Nos narra un proceso de descubrimiento en el que dos personajes, Tony Vallelonga (Viggo Mortensen), cuyo mérito es saber desenvolverse en circunstancias complicadas, y Don Shirley (Mahershala Ali), un virtuoso del piano, se embarcan en un viaje por las carreteras del sur profundo de los Estados Unidos. Estos arquetipos diferentes, sin puntos de conexión, durante el trayecto van descubriendo sus afinidades. Al final del mismo, sus ideas iniciales se ven desmontadas, trayéndose abajo el concepto que podían tener el uno del otro.
La fórmula no es nueva, cuando la visionamos nos deja la sensación de haberla visto con anterioridad, no innova, solo se centra en contarnos una historia con una moraleja al final, resumida en la intolerancia y el daño que ocasiona dentro de la comunidad.
Los prejuicios nos llevan a tener opiniones erradas sobre determinadas personas y/o asuntos, esa concepción desfavorable, debido al poco conocimiento que podemos tener de la realidad del otro y sobre determinados temas, nos lleva a tomar posiciones contraproducentes, generando un ambiente enrarecido a nuestro alrededor. Esa facilidad de prejuzgar nos empuja a ver en el otro una amenaza.
Esta forma cruda de mostrarnos estas escenas, nos hace ver que hemos avanzado, dejando atrás esa época deleznable, a pesar de que algunos quisieran que volvieran esos tiempos, especialmente los que enarbolan las banderas fascistas, esos que elaboran discursos del odio y azuzan (asustan) a la gente, enfocándose, especialmente, en los desinformados, para inculcarles ese rechazo hacía los foráneos.
Una de las cosas resaltantes de esta obra es el poco temor que muestra a la hora de abordar el tema de la segregación racial. Es indignante ver que una persona sea juzgada por su color de piel, opción sexual o procedencia, dejando de lado cualquier cualidad que pudiera poseer. La intolerancia que se puede mostrar ante lo diferente es gráfica. A pesar de las críticas, por la forma en la que se muestra al pianista, en la trama se realza su figura por la posición que toma frente a la discriminación.
La excelente actuación de Mahershala Ali, su imagen de tipo duro en películas como Moonlight o en series como Luke Cage de Netflix no tiene relación con el papel que encarna en esta obra, en Green Book nos nuestra una cara distinta, en el papel de un pianista virtuoso y sofisticado. Su desenvolvimiento es tan bueno que la Academia le ha otorgado el Oscar a mejor actor de reparto. Esa buena actuación se ve complementada con la de Viggo Mortensen, la química que existe entre ambos traspasa la pantalla.
Esta realización consigue atraer la atención desde el inicio, nos atrapa en sus vaivenes y, con su sencillez, logra dejarnos buenas sensaciones, porque conecta con el espectador, haciéndonos replantear aspectos que damos sentados dentro de la convivencia y la forma de ver al otro.

Mitchel Ríos

Lume

Agli