Opinión

La primera vez

Es una tarde tranquila, los planes no son pretensiosos, ir a visitar a la familia de nuestra media naranja. No tiene más misterio que el miedo intrínseco a caerle bien a los allegados a la persona con la que convivimos, con otra gente no necesitamos hacerlo, pero con estas debemos de hacer un esfuerzo extra, estar siempre abierto a todo lo que se nos vaya presentando, no será una experiencia cualquiera, para bien o para mal, marcará nuestra forma de interrelacionarnos con ese entorno, con respecto a esto se han imaginado diversas historias, todas enfocadas en ese primer contacto, la verdad es que, dentro de todo, esa parentela ajena, a la que se va a visitar, no deja de ser un grupo de desconocidos, a los que simplemente se conoce por la referencia que nos da la persona con la que salimos, en este punto y ya adentrados en ese proceso de descubrimiento, ¿qué pasaría si esos desconocidos resultan ser unos psicópatas?, en una situación semejante nos veríamos inmersos en una historia de terror, en dónde todo lo que pasara no sería procesado de la forma adecuada a las primeras de cambio.
En esa línea va la película Get Out (Déjame salir, 2017), es una cinta que aborda de una manera tenebrosa el asunto, nos coloca en la posibilidad de encontrarnos con un grupo de personas fuera de sus cabales, infringiendo a sus víctimas una serie de torturas, para satisfacer las necesidades de su grupo, la gente del pueblo en el que viven.
Esta película está cataloga como thriller, por el suspense que se respira en su atmósfera, los juegos psicológicos son la base sobre la que se levanta todo ese mundo, la mente no deja de ser el escenario de todos los procesos que dan sentido al entorno, por eso, cuando el protagonista comienza a sufrir trastornos, a causa de haber sido víctima de una terapia de hipnosis, se encuentra a expensas de su entorno, en ese punto no puede hacer nada, es manipulado de forma sencilla. Su mente está siendo manipulada, por ello pierde cualquier vínculo con el mundo exterior.
Esa forma de ir contando la historia, es decir, colocarnos en una posición expectante, hace de ella su seña característica, sin embargo, esa expectativa se va diluyendo en el transcurso de la narración, llega un momento en el que todo se queda en buenas intenciones, es un querer y no poder, no soy un experto en estos asuntos, pero en alguna parte se muestra todo, no dejando nada a la imaginación, haciendo de ella algo previsible, pase lo que pase habrá un buen final, está claro, podrán pasar miles de situaciones malas, tenebrosas, peligrosas, pero los buenos siempre ganan.
Acompañamos al personaje principal en esa aventura, la de conocer a la familia de su novia, al inicio se le ve temeroso de ese primer encuentro, fruto de sus prejuicios y complejos, su inseguridad se ve atenuada por la buena disposición de su chica para ser más tolerable ese primer encuentro, el temor inicial se transforma en confianza.
Cuando nos acercamos a ver este tipo de películas, esperamos pasar momentos de tensión, uno no mira un thriller para reírse, buscamos que nos cree situaciones incomodas dentro del proceso de narración, sin embargo, no llega a cuajar, pasa sin más y el desenlace era el que esperábamos, quizá lo rescatable es la cuestión de conocer a la familia de nuestra pareja y las sorpresas con las que nos podemos encontrar, porque no deja de ser una moneda al aire descubrir a la familia de la pareja.

Mitchel Ríos

Lume

Agli