Opinion
Pongámonos a inventar…
Revisar la prensa todos los días es una actividad monótona, nos encontramos con noticias redactadas de manera tendenciosa, con titulares enormes sobre eventos que se han realizado en países alejados, dejando de lado lo que sucede aquí. Siguen la línea de distraer al ciudadano de a pie y hacerle creer que todo va bien, le muestran que las cosas podrían ir peor comparadas con la de aquellos lugares en donde existen dictadores, se dan levantamientos armados y se producen ataques terroristas –siempre que tengas un problema, piensa que habrá alguien que tenga uno peor, nos dicen-. En eso se resumen las publicaciones de la mayoría de diarios, su trabajo es ese, querer que creamos que todo va bien, cuando nada va bien. Esos medios tratan de que idealicemos la realidad cuando ensalzan a las políticas locales, a pesar de la corrupción que pueda existir –sorprende ver a figuras que en su momento fueron elevadas a lo más alto en cuestión de moralidad y ética, hoy ser derrumbadas por el peso de sus estafas, engaños, robos-. Algunos medios defensores de los partidos tradicionales sostienen que estos están por encima de las personas, no pueden ser criticados por sus elementos corruptos, deben ser juzgados en su conjunto, tomando en cuenta a los elementos que cumplen a cabalidad las normas y son ciudadanos de bien, sin embargo, su número es reducido como para poder levantar solos las bases de la organización política aquejada por la podredumbre.
Sale en la televisión el director de un periódico, se defiende de las acusaciones de las que es objeto -coacción y obstrucción a la Justicia-. Arguye que nunca mintió y sólo inventó, según su argumentación, no hay punto de comparación, porque mentir es grave, algo que nunca haría porque eso iría en contra de sus valores, e inventar no está al mismo nivel. Según su afirmación: inventarse una noticia es jugar con los documentos que se poseen, una pequeña licencia del redactor, algo baladí, una acción trivial e insignificante que puede darse sin ningún riesgo de por medio, no busca desprestigiar a una persona puntual y/o partido político, sino demostrar que se puede ser superficial con las reseñas que se brindan.
Inventarse lo que se va a comunicar está correcto para trabajos literarios, su baza es la ficción, todo libro de disfrute es un conjunto de elementos creados. Los escritos que se inspiran en la vida de personajes famosos, cogen todos los datos que de ellos puedan poseer y a partir de esos componentes, en las partes oscuras de las que se posea poco conocimiento, dar rienda suelta a la creatividad y plasmar una obra que tenga sentido, pero que no busca pasar por la realidad, no quiere competir con las obras fácticas –nunca se tomaría para un estudio histórico la novela Guerra y paz de Tolstoi-. Los textos fácticos se sustentan en los hechos reales y no se dan la licencia de inventar.
Un periodista tiene la responsabilidad de ser correcto en la comunicación que brinda, no debe dejarse llevar por sus pasiones, tiene que ser objetivo con las noticias, debe comprobar la información de la que escribe y no imaginarse como debería haber sido, porque, a su pesar, de eso se encargan los escritores.
Mitchel Ríos