Opinión

Un nuevo enfoque

Hace un par de días cayó en mis manos un artículo sobre tecnología, en él se sostenía, grosso modo, que nuestro mundo no es más que una gran simulación (como si de un videojuego se tratara), generada por un súper ordenador a una escala jamás imaginada. Esta idea viene rondando en el ambiente a partir del estreno de Matrix en 1999, dudar de la realidad como tal. Si estas especulaciones fueran ciertas, estaríamos dentro de una gran mentira, a una escala que ni el mismo Platón imaginó. Sin embargo, los que estamos dentro de esta farsa no llegaremos a confirmarlo con seguridad, porque nos basamos en suposiciones originadas dentro del mismo entorno, es decir, el medio virtual en el que vivimos, por lo tanto, se nos dificultaría acceder a las reglas que rigen fuera.
La idea de poder ser parte de un medio asi resulta fascinante, sería el siguiente paso de la realidad virtual, esta tecnología, que ha irrumpido en el medio hace poco, nos ofrece múltiples posibilidades. Se podrían recrear secuencias de nuestra historia y participar en ellas, visitar ciudades y museos sin necesidad de desplazarse, vivir la experiencia de recorrer entornos alejados, etc., la lista de las cosas que se me ocurren es extensa, veo una herramienta versátil y didáctica en ella.
Al leer el artículo hilvané ideas que me llevaron a pensar en los videojuegos. Soy consumidor de estos productos; todos los días los uso para desconectar, aunque hay ocasiones en la que me entrampo en alguno y me genera más estrés.
Últimamente se están realizando una serie de documentales sobre esta industria, en varios se muestran la evolución del hardware y software de estos dispositivos. Uno de esos documentales es Raising Kratos (Sony, 2019). En esta producción tratan de mostrarnos como es el proceso para crear un videojuego, la presión de la que son objeto, el poco margen a la equivocación que tienen, así como los momentos tensos que viven los trabajadores cuando están inmersos en su realización; el encargado de mostrarnos el proceso es Cory Barlog (director creativo del proyecto God Of War).
Se podría caer en el error de pensar que el mundo del desarrollo de videojuegos es el ideal para trabajar, solemos imaginar un ambiente laboral relajado, distendido, en el que se da prioridad a lo creativo dejando de lado el estrés de estar supeditado a horarios draconianos, para desmontar esa idea surge este documental. No es fácil trabajar en un entorno así, como en todo medio en donde intervienen inversores, se fijan metas, fechas de entrega, etc., los inversores quieren obtener ganancias. Los consumidores casi nunca pensamos en el proceso, para que el producto final se vea expuesto en una estantería de ventas, se dan distintas circunstancias e intervienen diferentes agentes mercantiles.
El juego God of War fue lanzado en el 2005 por la productora Santa Mónica. Originalmente se basó en la mitología griega y nos daba la oportunidad de controlar a Kratos, hijo de Zeus y Calisto, representación masculina de la fuerza y el poder. Su mecánica, trama y narrativa destacaron desde el primer momento, indicando el sendero a otros juegos. Esta saga estuvo vigente durante diez años, durante ese lapso ofreciéron una serie de títulos, de manera ininterrumpida que generaron entusiasmo en la comunidad, la calidad de la oferta posicionó a este juego en el olimpo de los jugones, sin embargo, sus desarrolladores comenzaron a sentir que habían tocado techo con su propuesta. En ese contexto la productora se decanta por darle un nuevo enfoque al personaje, para relanzarlo por todo lo grande. Después de un arduo trabajo, luego de cinco años de desarrollo, en el 2018 se estrena God of war, emulando el título de su primer juego que vio la luz, pero, a diferencia de su predecesor, se cambia el escenario griego por el escandinavo, dejando de lado la mitología griega y trayéndonos a los dioses vikingos. Ese viraje a la mitología nórdica permitió inyectarle esa frescura que necesitaba, además, en lugar de jugar solo con Kratos, ahora teníamos como acompañante a su hijo, Atreus, embarcándonos en un viaje de descubrimiento, en donde el hijo de Zeus comienza a tomar consciencia de su lado humano, el de ser padre. Este nuevo enfoque fue acertado, también modificaron las mecánicas de peleas y llevó al personaje a descubrir aspectos de su personalidad que la gran mayoría desconocíamos.
Los videojuegos han dejado de ser un producto pueril, por eso su apertura a distintos sectores ha originado el crecimiento de la comunidad y si es cierto que vivimos en una recreación virtual, de la que ninguno hemos podido salir (no hemos tenido la suerte de Neo), se podría fácilmente considerar a la vida como un juego.

Mitchel Ríos

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