Opinión
Odisea en rojo
Marte es un espacio mítico alrededor del cual se han proyectado cientos de historias y leyendas. Durante siglos ha sido el eje de miles de especulaciones; ha generado la curiosidad de eruditos y personas de a pie. Los sabios han legado diferentes tratados enfocados a esclarecer su origen, también han ideado distintas hipótesis en tono a él, sirviendo de baza para especular con diversas teorías.
Hace unos días asistí a la exposición: «Marte: La conquista de un sueño», se realizó en la Fundación telefónica. Al ingresar la sensación de adentrarse en un espacio distinto era patente, el ambiente claroscuro era el artificio mediante el cual se servía la muestra para darnos la impresión de pisar suelo de otro planeta. La exposición estaba dividida en cinco bloques: La fascinación de Marte, La observación de Marte desde el punto de vista científico y de la ciencia ficción, Marte desde el imaginario colectivo y su representación en la cultura, Los hitos en la carrera espacial hacia Marte y El futuro en la conquista humana de Marte. Estos distintos apartados tratan de responder al porqué del interés que despierta, los datos que lo diferencian del resto de planetas del sistema solar, el repaso por los diversos acontecimientos en torno a su estudio y la posibilidad de hacerlo habitable en un futuro próximo, para ello se construirían habitáculos, en donde se podrían asentar las colonias humanas, no obstante, hasta ahora, simplemente se ha especulado de cómo sería la adaptación interplanetaria.
Apenas se entraba nos podíamos topar con el fragmento de un meteorito de origen marciano caído en Nigeria, la fecha puntual de su caída fue el tres de octubre de 1962, detrás de una cortina nos encontrábamos en otro espacio, en él podíamos observar distintos objetos, ordenados por antigüedad, además de infografías y un ordenador en el que se podía jugar a responder la procedencia de diferentes fotos que nos iban mostrando.
Las distintas imágenes colocadas en uno de los enormes muros del recinto, nos explicaban las distintas visiones que se han tenido del planeta, por eso efectúa un recorrido a través de todas las figuraciones que se ha tenido de él en varias culturas, los griegos, romanos, aztecas, los hindús, en algunos casos vinculándolo con el caos y la guerra.
Delante de este muro, en un mostrador protegido por vidrios, había diversos objetos, entre ellos una réplica del primer telescopio que usó Galileo Galilei, el primer dibujo del planeta rojo realizado por Francesco Fontana en 1636, el dibujo es el de una circunferencia con un pequeño círculo en el medio, se dice que aquel punto negro fue el centro de la emoción del astrónomo italiano, sin embargo, con el tiempo se llegó a descubrir que era producido a causa del defecto de su telescopio. A su lado con el nombre: El primer accidente geográfico de Marte, se podía ver una ilustración de Christiaan Huygens de 1659, este holandés tuvo más suerte, trazó el primer mapa de aquel planeta, fue el primer hombre capaz de documentar un hito geográfico en otro planeta. Más adelante se mostraba su primera cartografía realizada en 1840, conforme íbamos avanzando las imágenes se iban haciendo más sofisticadas, culminaban por unas tomadas por el telescopio espacial Hubble. Asimismo, había una serie de libros, abiertos en su primera página, recortes de diarios y diversas teorías algunas de las cuales sostenían la existencia de vida en ese lugar, científicos como Nicola Tesla, Guillermo Marconi o el astrónomo Giovanni Schiaparelli, se encargaron de darle cabida a esa opción, a partir de ellos se creó toda la ficción alrededor de ese planeta.
En otro de los módulos se podía observar todos los productos creados a partir de la idea popular que se tenía de marte, comics, películas, libros y música. Traspasando un telón nos situábamos delante de un monitor en donde se estaba replicando el programa de radio en el que Orson Welles leyó unos capítulos de «La guerra de los mundos»; un acontecimiento que causo pánico. En su programa de radio de la CBS, en donde dramatizaba obras literarias, Orson hizo creer a cerca de doce millones de oyentes (según los datos de audiencia), que la tierra estaba siendo invadida por alienígenas, el pánico se hizo patente, los teléfonos de emergencia colapsaron, las carreteras se vieron abarrotadas. Hoy sería poco probable que algo así sucediera, pero en ese momento, 1938, todos creyeron que realmente estábamos siendo invadidos.
En otro de los espacios había una serie de hologramas dentro de prismas; representaban a los marcianos más representativos de la ciencia ficción, al pasar por delante parecían vivos. Siguiendo con la observación, pude ver maquetas de las distintas naves que han realizado viajes a Marte, mostrando las más destacadas, señalando que se han realizado más de cuarenta, pero solamente la mitad ha sido exitosa, siendo el programa Mariner 4 uno de los más importantes, la información que proporcionó en 1965 terminó con las especulaciones de vida en aquel planeta, las fotografías que tomó mostraron una superficie sin rastros de vida.
En esta muestra se sostiene que cada dos años se dan las condiciones propicias para visitar ese astro, de acuerdo a la disposición del planeta con respecto al sol y la luna. La NASA tiene planificado para el 2030 el lanzamiento de una sonda tripulada a ese planeta, hasta ese momento se habrán realizado miles de pruebas. Gracias a los códigos QR se podía tener noticias sobre estos anuncios. Acercándonos al fin del recorrido había una gran esfera —al parecer de metal—, era una representación del planeta rojo. Al final de todo, uno se podía hacer una fotografía con el Curiosity (un vehículo explorador de la NASA), mediante ella se nos facilitaría nuestras características físicas si viviéramos en ese mundo. En la puerta de salida había un decálogo, un conjunto de reglas, acordado por varios países en base a la exploración del espacio.
Esta exposición me sirvió para conocer más sobre este planeta, con toda la información proporcionada he podido hacer un recorrido a través de la historia de los estudios sobre este planeta, las diferentes visiones otorgadas enriquecen la perspectiva que uno puede tener sobre el tema, mostrándonos lo fascinante de nuestro universo, además, haciéndonos ver lo poco que sabemos y lo poco que llegaremos a saber.
Mitchel Ríos