Opinión
Malas decisiones
Hace poco, en un programa de televisión abordaban el tema de empresas que lograron ser pioneras y, en consecuencia, estar a la vanguardia en su rubro, sin embargo, debido a malas decisiones (sostenían en el espacio) algunas tuvieron que cerrar, otras, por el contrario, se reciclaron, dedicándose a otras actividades para no quebrar. De este modo quedaron como ejemplos de grandes negocios que lo tuvieron todo para seguir triunfando, pero que no supieron mantenerse, llegando al punto de aparecer en libros especializados sobre lo que no se debe hacer en el mundillo empresarial.
El planteamiento que realizaba el programa era interesante, dejando claro que el problema fundamental de las empresas era pensar que no tendrían competencia debido a su cuota de mercado, además, consideraban a sus marcas como intocables por haber sido encumbradas por los consumidores.
Los encargados de tomar las decisiones institucionales llegaron a creer que su juicio siempre sería el correcto, tenían la certeza de que, así como lograron hacerlas exitosas, lograrían que se mantuvieran a la vanguardia, negándose a sopesar nuevos derroteros y a pensar que podrían equivocarse en algún punto, pues con ellos al mando todo parecía ir correctamente, no había la necesidad de cambiar de rumbo.
Pese a que todo estaba bien encaminado, su cabezonería, a la larga, fue la causante de su caída, ya que perdieron de vista que los tiempos son cambiantes, al sentirse cómodos en su posición su comportamiento no fue lo suficientemente proactivo como para darse cuenta de que en algún momento los productos que ofrecían podían ser mejorados y dejaron de innovar, en tal situación aparecieron otros con superior tecnología y más intuitivos, haciendo que lo que hasta antes parecía moderno se volviera desfasados, consiguiendo que el público se decantara por ellos, pues ofrecían un servicio que iba acorde con los tiempos actuales.
En cierto modo, el hecho de haberse convertido en empresas exitosas hizo que perdieran de vista el mercado, se sintieron tan seguros que pensaron que siempre estarían en la misma posición. Probablemente sus responsables, pensaron que lo mejor era seguir en la misma línea, no arriesgarse en negocios que podrían empañar su trayectoria, aplicando a todo el mismo sistema que los hizo crecer, pero el pensar así fue un error, la misma fórmula no es infalible y que haya funcionado en el pasado, no asegura que en el futuro lo siga haciendo, confiando en ella, tomaron decisiones equivocadas que, a la postre, los hicieron desaparecer.
Luego de ver este programa, se comprueba que las determinaciones que se toman tienen consecuencias a pequeña o gran escala, incluso las personas que, sobre el papel, deberían tener cabeza fría, suelen equivocarse más a menudo de lo que parece, sin duda, su formación no los exime de tener deslices, es aquí donde claramente podemos decir que equivocarse es parte de nuestra naturaleza, indistintamente de nuestra condición, tal vez lo que cambia todo es su alcance y la forma en la que repercute en la vida de los demás, de quienes confían en nosotros para dar determinados pasos en aras de llevar a buen puerto un proyecto.