Opinión

Estos tiempos modernos

Hace poco, en un local céntrico se produjo una catástrofe, se incendió debido a la mala proyección de sus dueños.
Era un lugar de moda, situado en una buena zona, con una decoración que estaba a la vanguardia, era innovador por el modo en el que resultaba diferente a los ojos. Sus usuarios acostumbraban a tomarse fotos para subirlas a sus redes sociales, hacerlo significaba estar en boga, pues todos los que tenían cierta notoriedad en esos espacios lo hacían. Además, otro de sus atractivos era la comida, lo que servían era preparado a la vista de todos, maravillando con ello a los comensales, era algo novedoso, sentían que eran parte de un hecho particular, reservado solo para aquellos que asistían a ese lugar. La gente se divertía y compartía sus experiencias, siendo recomendado por todos los que pasaban por ahí.
El espectáculo estrella dentro de sus cuatro paredes era el flambeo de algunos platos, el encargado, un cocinero con experiencia, hacía gala de sus cualidades: saber entretener y, evidentemente, cocinar. Esto entusiasmaba al público que no perdía la oportunidad de grabar el acto.
Todo iba la mar de tranquilo, pero un día todo ardió, costándole la vida a dos personas, un trabajador y una chica que estaba de visita por la ciudad, había viajado a la capital para conocerla, tal vez llevaba mucho tiempo planificándolo, e iba acompañada de varias amigas.
Los medios de comunicación le dieron una cobertura especial, mostraron imágenes de cómo quedó la construcción y lo calamitosa que fue la deflagración. Cualquiera que observara las fotografías, que acompañaban los artículos, se sorprendería de que solo hubiera dos víctimas, aunque luego comprendería que por suerte no hubo más, dentro de todo lo malo. Después de las primeras pesquisas quedó claro que la culpa era de los dueños, su negligencia fue la causante de la catástrofe, se habían saltado una serie de normas, incumplieron las disposiciones del ayuntamiento al ofrecer comida en un negocio que solo tenía permiso para servir copas, a esto se añadía los materiales elegidos para ambientarlo.
Algo que no entraba en la cabeza de los especialistas era por qué el encargado de supervisar el cumplimiento de la ley no informó sobre las irregularidades que ahí se producían, pero esto solo quedó en interrogantes ya que no se aclaró, se dijo entre líneas que los dueños tenían relación con el ayuntamiento, mas no ahondaron en el tema. Por eso, pasó a ser una de tantas desgracias que no se pudieron evitar.
No obstante, ¿nadie se había planteado el peligro que había al flamear comida cerca de decorados que se podían incendiar?, aun cuando los encargados no se habían dado la molestia en utilizar materiales ignífugos, prefirieron lo bonito a lo seguro.
Lamentablemente, en la actualidad, todo entra por la vista, la gente quiere sacarse la mejor foto y llevar con ellos las mejores grabaciones, da igual si están en un entorno inseguro, lo esencial es la siguiente publicación que harán en las redes sociales, aunque esto pueda costarles la vida.

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