Reseña

El poder de las imágenes

Exhibir el mundo por medio de imágenes, expresarse a través de bosquejos desfigurados, algunos trazos; proponer una nueva perspectiva del mundo, haciéndonos ver la magia de elementos del día a día que pasamos por alto, narrando su representación del ambiente desde una posición singular, una propuesta para adentrarnos en un entorno peculiar, en donde nada es lo que parece, sencillamente las evidencias de lo que observamos se manifiestan de distinta manera, ante una invitación así, es importante dejarse transportar, el recorrido de lo que percibimos hará el resto, en complicidad con el autor, las prefiguraciones que tenemos del entorno se diluirán en pos de una propuesta entusiasta hacía la realización del arte mecánico.
Hay imágenes que nos impactan de distintas maneras, cuadros que vemos en libros, recortes, en buena medida ese impacto se eleva a la enésima potencia cuando tenemos delante la obra en cuestión, las sensaciones son extrañas, difíciles de explicar con palabras, lamentablemente, el lenguaje se vuelve un instrumento limitado cuando lo emparentamos con las sensaciones. Warhol es uno de esos artistas que a uno le demuestran que en lo común hay arte, en elementos tan simples como una caja de cartón «Las Brillo boxes» se puede tener una muestra de la vida cotidiana y representar con ese sencillo elemento el mundo qué marcó una época, asimismo, el punto de partida a otro modo de ver la creación artística, rechazando el establishment. Su actividad se enfoca en elementos marginales, efectuando una caricatura del consumismo, realizando una instantánea del capitalismo desmedido y descontrolado, manejando con sus tentáculos los diversos mercados, incluso los medios de expresión. Su obra se manifiesta de distintas formas, adquiere bríos insospechados, como es usual, cada observador lo recibe de distinta forma.
Al realizar su obra se coloca en la posición del espectador, sus obras se deben a quienes se ponen delante de ellas, no contempla la producción artística como algo que tiene valor per se, sino, como algo que se manifiesta en la forma de ser apreciada por el espectador —explotada en palabras del creador—, este elemento es el medio por el cual la obra de arte de interrelaciona con el exterior. Es un convencido, como Marcel Duchamp, del papel fundamental del público; para Duchamp el buen arte o el mal arte, son expresiones igual de válidas en el sentido estético, ya sea malo, bueno o inadvertido no se les puede negar el epíteto arte porque sería como dejar de llamar a un mal sentimiento, sentimiento, simplemente porque no se adapta a nuestro juicio de lo que es válido o no.
En esta línea, Andy Warhol presenta al espectador imágenes que no dejarán inquieta su imaginación, en algunos casos podemos preguntarnos, en que momento una lata de sopa puede ser arte, pero ese sería un juicio superficial, porque en sí misma representa la cultura popular, lejos de toda esa fanfarria que los medios nos venden como lo correcto, lo que debe ser abordado como elemento que aporte algo nuevo a la discusión, estar delante de «Before and After», para algunos simplemente sería un dibujo en blanco negro de rostros de perfil, pero, ese no es el punto, este cuadro representa la imagen de alguien sin haberse realizado una rinoplastia y luego de realizársela, una muestra de la frivolidad en los tiempos actuales, la incomodidad que podemos tener con nuestro aspecto. Interesado en mostrar lo mediático no escatima en motivos para su obra, por eso en la exposición «Warhol: El arte mecánico», se muestra su aire desenfadado, le da lo mismo mostrarnos un revolver gigante, hacer cuadros de delincuentes, mostrarnos a Mohamed Ali, Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor, Elvis Presley, Miguel Bose, Mao, Michael Jackson, The Beatles; capturar en cortos mudos de unos cuantos minutos a personalidades como: Salvador Dalí, Bob Dylan, por nombrar algunos, luego pasar a un cuarto ideal para meditar, con nubes plateadas. Sus temas son eclécticos, esta variedad es algo que a uno lo deja pensando, con elementos baladís puede realizar un manifiesto de inconformismo.
Observar cada cuadro, acercarse lo más posible para perderse en ellos, estar en ese momento ideal para sentir el aura y, de ese modo, comprender un poco más los significados que nos brinda, la forma en la cual delinea el medio que percibimos.

Mitchel Ríos