Opinion
Hablemos Virtualmente
En la actualidad parte de nuestra vida se desarrolla en el mundo digital, en este mundo el lenguaje es distinto por eso las reglas ortográficas no se aplican. El hecho de poner palabras en un entorno virtual no es escribir, entendiendo por escribir a la acción mediante la cual dejamos constancia de elementos que deseamos transmitir a la posteridad; escribir es un acto meditado donde es importante el orden de las palabras, la correcta sintaxis, la correcta escritura, la manera en que se coordinan los elementos.
Cuando éramos pequeños escribíamos con lápiz y usábamos la goma de borrar, no simplemente digitábamos letras y apretábamos la tecla delete como ahora. En los entornos virtuales, donde ponemos lo primero que se nos viene a la cabeza, el lenguaje adopta los rasgos de la oralidad: inmediatez, aceptación del error, predominio de la síntesis y de la simplificación, e inclusión de los aspectos afectivos (entonación en la oralidad, emoticones en la escritura).
En este universo de nuevos medios comunicativos, donde los soportes para enviar y recibir mensajes son diversos, la velocidad con la que se necesita circular la información lleva muchas veces a errores que al ser repetidos estandarizan el uso del lenguaje, pues, su único fin es comunicarse y hacerse entender por el entorno cercano. La utilización que se le da al lenguaje en redes sociales (Facebook, Twitter, WhatsApp) tiene sentido en el grupo con el que conversamos, sin embargo, cuando extrapolamos ese uso a otros medios surge el problema, no seremos entendidos y el mensaje no podrá ser recibido correctamente.
En la novela 1984 de Orwell, una de las maneras para controlar a las personas era manipulando, destruyendo el significado de las palabras, tratando de degradar a la humanidad a simples seres pusilánimes. En estos nuevos tiempos donde todo evoluciona vertiginosamente, el lenguaje no puede ser algo que se mantenga inmóvil, menos aún el ente que lo regula, por lo tanto, debería ser algo más maleable a la hora de postular sus medidas -en tiempos líquidos es necesario poseer unas reglás ortográficas líquidas-.
Cuando estemos dentro de un foro, un blog o una sala de chat y no entendamos lo que se escribe, no debemos sentir que estamos en un entorno lingüístico anárquico, la idea es transformar esas palabras en sonidos y analizar su huella acústica, de esa manera se podrá dar con el kit del asunto, porque las reglas de ortografía no regulan la manera de hablar, la forma en la que se pronuncian las palabras, sólo así sabrás que en esos medios prima fundamentalmente la comunicación oral antes que lo escrito.
Mitchel Ríos